El varapalo jurídico de la Asamblea Regional al proyecto de ley de Autonomía Financiera sigue haciendo correr ríos de tinta. Los servicios jurídicos de la Consejería de Hacienda están en el ojo de huracán, sobre todo porque el informe de los letrados de la Asamblea no dejaron títere con cabeza.
¿Nadie avisó al consejero de Hacienda del ridículo que finalmente hizo?
Si es así, el consejero está tardando en empezar a pedir responsabilidades, ya que a nivel jurídico ha quedado en medio de la plaza pública desnudo por incompetente.
Si por el contrario, los servicios jurídicos emitieron informe advirtiendo que con ese proyecto de ley se iban a estrellar, entonces el problema es mucho más grave, ya que la responsabilidad política traspasa el antiguo edificio de la Diputación y salta al mismísimo palacio de San Esteban.
Por mucho que desde el partido mayoritario que sustenta el Gobierno regional se esté intentando minimizar el ridículo realizado, diciendo que los letrados del poder legislativo le han dicho que la ley es manifiestamente mejorable, una mentira como un pino, pues el informe no dice eso, sino que es inconstitucional; no perderse el artículo de Ángel Montiel de este pasado domingo, ¿Qué más tendría que pasar en la Región de Murcia?, y que está más cerca de declarar la independencia fiscal que otra cosa.
Si todos los que llegan a los juzgados por presunta corrupción lo primero que hacen es echar la culpa al funcionario de turno, ahora los servicios jurídicos de Hacienda se convertirán en los escudos humanos de la consejería, así que espero que registraran algún informe advirtiendo al consejero de que la Ley de Autonomía Financiera se podría convertir en una bomba de relojería.
Como contraprestación a la mayor metedura de pata jurídica que se ha vivido en los últimos años en la Asamblea Regional, se presentó y aprobó otra, y van unas cuantas, ley de simplificación administrativa, que al margen de poner la puya final al despreciado, ninguneado, humillado y vilipendiado Consejo de la Transparencia, tiene como objetivo principal ‘apartar’ de un plumazo a la administración y su control, que servía, entre otras cuestiones, para no convertir una región en la ley de la selva.
Al margen de que hemos vuelto a salir en medios nacionales, al más puro estilo, ‘aviones que vengan desde Manchester United hasta Corvera’, esta vez anunciando que vamos a crear más de 6.000 millones de empleos en la Región de Murcia, la práctica totalidad de la población mundial, con la nueva norma, la Comunidad murciana sale al mercado nacional en busca de inversores anunciando que aquí, en la mejor tierra del mundo, el control de la administración brilla por su ausencia.
Sólo falta que ahora Carlitos Alcaraz, en vez de preguntarnos ¿juegas?, ahora protagonice una campaña donde diga: ‘Murcia es Jauja’.
