Síguenos en redes sociales:

Cartas cruzadas

Enrique Olcina

Siempre hay un pero

Siempre hay un pero

Querida rubia:

Me dices nosequé de cumplir los cuarenta y cinco. Te aviso que a partir de esa edad todo son crisis, somos mariposas queriendo salir del capullo en el que nos hemos convertido. He llegado a tal extremo de manejar esas crisis que cuando alguien me pregunta si ligo mucho, interesándose de manera velada por mi vida sexual, respondo que follo todo lo que puedo. Si vamos a ser sinceros, hablemos de lo que estamos hablando, sin tapujos. Hombres.

No tengo un tipo determinado, y no fui al cine por ver a Hemsworth. No me hago ilusiones, porque nadie puede competir con Elsa Pataki, que a mí, en general, me parece una tía estupenda que no va en la vida de nada y creo que esa es la mejor manera de solventar las crisis. Así que lo tienes chupado porque tú eres como Pataki, pero en murciano. Pero estábamos hablando de hombres. No tengo un Pirlo, alguien con quien me iría con ojos cerrados, siempre miraría por debajo de la venda, haciendo trampas. Eso es porque creo que todo hombre tiene su aquel, solo hay que saber mirarlo. Por eso no tengo un tipo. Que no es que me vaya con cualquiera pero, siempre hay un pero, querida, quien no te entró por el ojo un día, al otro le ves la gracia. En mi caso, la polla é mobile. Eso no significa que no sea capaz de amar pero, siempre hay otro pero, querida, he llegado a una edad y a una situación en que si no me mejora y si no mejoro yo a la otra persona pues mejor que seamos islas, nunca demasiado lejos, pero islas. Para estar mejor bien solo que regular acompañado hay que saber estar solo y me parece que esa tendría que ser una asignatura a evaluar en la famosa prueba de madurez. Los alumnos deberían estar un semestre probado sin buscar la aprobación del grupo, nada de Instagram, nada de stories, nada de tiktoks y sin interminables whatsapps. Aguantarse a uno mismo es un gran trabajo. Cuando se consigue te dan primero de jedi. Si no te soportas no busques que te aguante otro, creo que ese es el principal problema de muchas relaciones. Es o eso o recuperar la Filosofía como asignatura troncal. Todos mejoraríamos, cada vez estoy más convencido. Sobre todo porque los adolescentes no tienen filtro ni piedad. Hace unos días mi sobrina me dijo que le encantaban las películas españolas antiguas. Cuando le pregunté cuáles me dijo que le había gustado mucho Mujeres al borde de un ataque de nervios, que es al borde de lo que me puso a mí, con su respuesta.

Aunque lo de la Filosofía tampoco es mucha garantía. Acabo de leer una entrevista con Fernando Savater; entiendo que no le guste la vida actual, vaya, que para eso es también un filosofo, lo que no encuentro son argumentos más elocuentes que los que recibe mi padre por WhatsApp sobre el perrosanchismo bolivariano para refutar esa vida actual. Pero, siempre hay un pero, querida, estoy de acuerdo con ceñirse a ciertos valores tradicionales. Yo, que me pongo un kilt cada vez que puedo, no me veo embadurnado como una croqueta. Determinadas situaciones en la vida son aviso de escalón a la salida de la playa, tienes que examinarlas muy bien o acabas como la tita Pruden, perdiendo pie, con bañador de paramecios y gorro de nadar de flores. Esa es mi kriptonita, que a veces tengo demasiada vergüenza y no me veo embadurnado como una croqueta, por más que acabes con la piel como la de un bebé. Aunque no te digo que puestos en harina no lo haga. Que para mi siempre hay un pero como para ti siempre debería haber un Pirlo.

Un beso, pero aquí te espero. 

Pulsa para ver más contenido para ti