Querido Enrique,

Espero que hayas dejado de ser la Paquera de Jerez, siento que todavía el ojo te esté dando la lata. Si te consuela, me ha debido de mirar un tuerto, o sea tú mentalmente, porque desde ayer tengo un tapón en el oído y podríamos hacer una secuela de no me chilles que no te veo si nos juntáramos como dúo cómico este verano para iniciar una gira por Soria. Es incomodísima la sensación de no oír nada, como cuando se te jode un auricular y sólo escuchas por uno, cómo me ha fastidiado eso siempre. Así que sí querías que me solidarizara contigo en algo, enhorabuena y me las pagarás. 

En el cabo sigo con mi cursillo acelerado para que me den el aprobado en primero de jipi. Ya me conocen en el pueblo en dos bares, me siento con los paisanos a tomar cervezas y hablar de la vida. He conocido a M, un señor de unos 70 años, que tiene un color de piel envidiable y desprende rock ‘n roll por los cuatro costados con la vida que ha debido llevar. El otro día me contaba cuando estuvo en París y trabajaba de figurante de cine, y que ha venido a morir a Las Negras. Llegó hace quince años y aquí se quedó. Ahora regenta uno de los bares con mas flow de todo el pueblo, tiene un mirador donde todo el mundo se sienta a charlar y mirar el cerro negro. Me pasaría la vida ahí sentada escribiendo historias y escuchando las aventuras de todo aquel que quisiera contarme. Pero si voy a aprobar con nota este curso de iniciación del hippismo, es porque ayer al atardecer en una cala escondida nos embadurnamos de arcilla con miel, aceite y no sé qué más llevaba el potingue en cuestión, pero qué delicia. Nos pusimos un exfoliante natural por todo el cuerpo, secándonos al sol y nos aclaramos en una poza de agua salada junto al rompeolas de la cala. No sabes cómo se quedó mi piel de suave, eso sí, habría que verte a ti, embadurnado de arcilla todo el cuerpo, pero mereció la pena. Si las vacaciones consistían en la integración y mimetización con el espacio, por el momento creo que llevo diez puntos, aunque eso de mientras dure que dice tu colega Vinicius está empezando a llegar a su fin. 

Qué envidia me ha dado leer que has ido al cine de verano, a pesar de haberte comido dos cucuruchos de palomitas saladas, y llevar gafas de sol, ¡cómo puedes! No es que yo sea el espíritu de la golosina, y pueda comerme un ñu como si nada, es que debes controlar la ansiedad de ver a Thor, que yo lo entiendo, aunque diré que los rubios no me van. Yo confieso que me he montado mi propia película sin cine de verano estos días, porque me he bañado en la playa al lado de un tipo que se parecía a Pirlo, y ya sabes tú lo mío con ese señor, es devoción y aunque no era el original, el doble estaba muy conseguido. Sabes esos señores feos guapos que desprenden altas dosis de follabilidad por lo masculina de su apariencia, pues estas eran mis vistas además de las del cerro negro, porque una se habrá quedado sorda de un oído pero no ciega.. No Pirlo no party. 

Una cosa quiero decirte, amigo, lo de ser el espíritu de la golosina, creo que agoté este super poder y no me quedan vidas extra, de un tiempo a esta parte estoy más favorecida con túnicas a los Demi Rusos, sin marcar la figura, ni necesidad de llevar ropa interior, ¡esta es la libertad que me representa!. Brillo poco este año, y los cumplidos no los llevo bien, ya te avisé que la crisis de los 45 me acecha. 

No te preocupes por mí, llevo vida de monje cartujo, no me va a pasar nada. Ahora te dejo, voy a ver mi último atardecer de estas vacaciones en el cerro negro, sé que volveré.

Te abrazo .