Con este lema nos convocan hoy las organizaciones sindicales CCOO y UGT ante la sede de la Confederación Regional de Organizaciones Empresariales de Murcia (CROEM), esa organización empresarial que mantiene bloqueados nada menos que 33 de los 42 convenios colectivos existentes en la región (casi el 80%), alguno de ellos como el de la hostelería desde hace más de trece años, cuando en la mayor parte del país se han negociado ya la mitad de los convenios, según CCOO.

Estos datos son un claro indicador de que la Reforma Laboral de la ministra Yolanda Díaz no viene a cambiar solo unos preceptos legales del Estatuto de los Trabajadores, sino que se enfrenta al cambio de todo un paradigma y una cultura laboral que ha establecido la precariedad y el sometimiento de los trabajadores/as y sus organizaciones sindicales como su seña de identidad, sobre todo desde la reforma laboral del PP de 2012.

Hay que recordar que la nueva reforma laboral elimina la prevalencia del convenio de empresa sobre el de sector en materia salarial y que los convenios ya no decaerán cuando venza su tiempo de vigencia mientras se negocia un nuevo acuerdo, prorrogándose el existente, por lo que los/as trabajadores/as y las organizaciones sindicales se han reforzado ante la negociación colectiva equilibrando así el abusivo predominio que el PP otorgó a las empresas en detrimento de aquellos y cuyas consecuencias todos/as conocemos de sobra: temporalidad abusiva y fraudulenta, pérdida de poder adquisitivo de los salarios e incremento de la precariedad en las condiciones laborales.

Sin embargo, el modelo empieza a cambiar en nuestra región. Los datos de contratación indefinida son contundentes: 45.000 empleos temporales se han transformado en desde la aprobación de la Reforma Laboral y se han creado otros 10.000 más con las mismas características. De todos ellos el 51% son a jornada completa, el 29% a jornada parcial y el 20% fijos discontinuos (Estadísticas S. S. junio 2022), alcanzando ya al 37% de toda la contratación acumulada desde enero.

Pero esto no basta, queda derribar el muro del abuso, la insolidaridad y la sinrazón de una patronal encerrada en una cultura empresarial arcaica y decimonónica.

En esta lucha abierta la CROEM no parece aspirar a otra meta más que a ganar tiempo hasta que el PP vuelva al Gobierno y ponga las cosas de nuevo en 2012, de donde los socialcomunistas nunca debieron moverlas, opinan.

Coordinador regional de IU-Verdes