Las compañías han sufrido desde 2010 la desaparición brusca y dramática del Circuito Profesional de Artes Escénicas, las concertaciones, las ayudas a producción y gira, las ayudas a participación en ferias y festivales, la subvención nominativa a las Jornadas de MurciaaEscena y las colaboraciones con todo tipo de proyectos escénicos. Es decir, las Artes Escénicas desaparecieron de las competencias y compromisos del Gobierno de la Región.

Además, desde mayo de 2012 se sumó la trágica morosidad de las Administraciones municipales, que acumularon deudas desde 2007 en algunos casos, dejando a las empresas sin liquidez para poder realizar sus giras. Y más: reducciones presupuestarias de las Administraciones municipales, desaparición absoluta de presupuesto en la mayoría de municipios de la Región e incluso cierre de espacios y la ausencia de programación teatral. Debido precisamente a esa ausencia de presupuesto municipal destinado a programación de espectáculos teatrales, muchos municipios deciden suplir esta deficiencia ofreciendo a las compañías la posibilidad de trabajar ´a taquilla´. Un modelo de contratación que reflejaba, en la gran mayoría de los casos, una inexperiencia en los gestores de los espacios públicos, que les llevaba a despreocuparse de la promoción del espectáculo programado. Las compañías se han visto obligadas a trabajar en la publicidad, comunicación y promoción de esas representaciones, cuyo objetivo ha sido la captación de público. Labor que sin duda también corresponde al gestor cultural.

Y por si fuera poco, en septiembre de 2012 el Gobierno de la nación toma la peor decisión contra el sector cultural que se recuerde: la subida del IVA del precio de las localidades del 8% al 21%.

Pese a todas estas adversidades, las compañías de MurciaaEscena que han podido sobrevivir a esta terrible etapa, han aprendido (no sin dificultad) a adaptarse al nuevo modelo de juego. Han llevado sus producciones por todo el país, formando parte de la programación en las Redes de Madrid, Castilla y León, Castilla-La Mancha; han sido incluidas en el Plan Platea y en las ayudas a la difusión teatral del Inaem; han entrado en la programación de teatros de gestión totalmente privada; han hecho temporadas en las dos grandes ciudades españolas como son Madrid y Barcelona e incluso han realizado giras internacionales.

Los actores y actrices dependen de las empresas para poder desarrollar su profesión. La desaparición de compañías, por lo anteriormente expuesto, ha reducido notablemente la oferta de trabajo. A esto hay que añadir que, en nuestra región, la realización audiovisual a nivel profesional no existe.

Todo esto nos lleva a no poder vivir dignamente de nuestra profesión. En Murcia tenemos la ESAD, uno de los mejores centros de formación de actores de nuestro país. Pero, ¿qué puede esperar un licenciado en Arte Dramático cuando acaba su formación? Nada, es así de triste. Prácticamente no tiene salida profesional. Institucionalmente, tanto a nivel nacional como local, la ayuda al sector es prácticamente nula. Y no es una cuestión de subvencionar, como se hace con otras industrias. Bastaría en una primera instancia con reducir el IVA cultural al 5%; es como está en países de nuestro entorno, Francia por ejemplo, y reducir la fiscalidad en las producciones audiovisuales. En este sentido somos uno de los países menos competitivos, tenemos uno de los entornos más atractivos para rodajes a nivel mundial, por clima y por diversidad de paisajes en un espacio reducido, pero la fiscalidad que para este sector existe en España hace que las producciones internacionales no pisen

nuestro país.

Pero lo más grave es que producciones españolas se vayan a rodar fuera. El caso más reciente es la serie Alatriste, que se rodó en Centro Europa porque era mucho más barato. Todo esto provoca la pérdida de infinidad de puestos de trabajo, tanto a actores como a técnicos. Con este panorama, ¿qué podemos esperar? Malvivir. Pero lo triste es que la sociedad reclama contenidos. Lo triste es que tenemos un potencial a nivel interpretativo, a nivel técnico, a nivel creativo que no estamos aprovechando. Es muy desalentador que los Gobiernos vivan de espaldas al sector y no aprovechen todo lo que la industria de las artes escénicas y audiovisuales podrían ofrecer a la economía española. Los países que sí apoyan este sector tienen grandes rendimientos tanto a nivel económico, cultural y turístico. No olvidemos que con las producciones audiovisuales estamos exportando imagen.

El lunes pasado nos concentramos frente a la delegación del Gobierno. Exigíamos la reducción del IVA cultural, algo que afecta a todos los ciudadanos; todos hemos comprado en algún momento un libro, una canción, una entrada de cine, de teatro. ¿Por qué el empecinamiento y la cabezonería de unos pocos provoca un perjuicio a tantos? ¿Por qué el Gobierno se empeña en encarecer la cultura, que es patrimonio de todos?

El sector de las artes escénicas y audiovisuales de la Región lo único que queremos es poder desarrollar con dignidad nuestra profesión, nuestra pasión.