Si los del PP somos los auténticos culpables de esto, deberíamos, postrados de hinojos, pedir perdón a España. De que nos gobiernen estos: Rita Maestre, quien ofreció su clítoris al Vaticano; Guillermo Zapata, ese que por la entrepierna se pasó el Holocausto; Alba Pérez Mendiola, la que deseó que Botín muriera ahorcado; Pablo Soto, tentado de torturar y matar a Gallardón. Todos ellos, concejales por la ´marca blanca´ de Podemos en Madrid. Bajo el manto de seda de Manuela Carmena. Concejales todos que en Madrid han aparecido. Yo, por la parte que hubiera de corresponderme, aquí en provincias, solicito el perdón político (¡sí se puede!) de quienes, a la fuerza, se verán gobernados por tales individuos.