Un informe del Instituto de la Juventud dice que el 60% de los menores de 29 años viven a costa de otras personas, el 25% tiene escasos ingresos que complementan con dinero de sus padres y sólo el 15% está realmente emancipado y vive de su salario. La población envejece y el elemento más activo de la sociedad no se incorpora al sistema productivo. Es una nefasta combinación que no augura nada bueno, que plantea incertidumbres sobre el tiempo de vida activa de estos jóvenes o sus futuras hipotéticas pensiones.

Cuando digo a mis compañeros que cobré mi primera nómina con 21 años y entonces nos buscaban para dar clase en un instituto no se lo creen.