Aunque muchos esperaban que Felipe VI en su primer mensaje lo dedicara expresamente a la imputación de su hermana, fue mucho más allá. Además de abogar a la olvidada idea del espíritu constitucional pidió a todos los españoles regenerar la vida política, recuperar la confianza de los ciudadanos en las instituciones -incluida la Casa Real-, garantizar el Estado del Bienestar y preservar la unidad desde la pluralidad. Fue capaz de resumir en apenas cinco líneas de discurso los grandes handicaps por los que atraviesa en estos momentos el país. En cuanto a lo gráfico, sólo se pudo ver una toma lateral de la bandera de España, que estaba colocada al lado de un sencillo nacimiento, y una instantánea junto a sus padres el día de la abdicación de Juan Carlos I. Sobre la mesa lateral que apareció durante todo el discurso, dos imágenes: una típica familiar y otra mucho más novedosa junto a la reina Letizia en el avión de las fuerzas aéreas, que siempre anda averiado, al más puro estilo de Pete Souza, fotógrafo de cámara de Obama.