La reforma del artículo 135 de nuestra Constitución fue pactada por el PP y el PSOE, cogidos de la mano y sin consultar, mediante un referéndum, con el pueblo español, que observó perplejo como ambas fuerzas se coaligaban en contra de los intereses generales y se sometían, una vez más, a los mercados financieros que son a los que de verdad rinden cuentas y pleitesía. El límite de gasto que establece ha vaciado a niveles nunca vistos, y que tanto costó construir, el Estado social dando amparo a recortes sangrantes en educación, sanidad y prestaciones sociales, asfixiando aún más a los que menos tienen y abrazando, sin rubor, una política económica neoliberal en la que los que más tienen salen indemnes a costa del resto de la masacrada población aumentando la desigualdad. Ya está bien de vendidos a infames intereses premiados con puertas giratorias. Es necesario gobernar con y para la gente.