Pocas cosas se pueden escribir en un día como hoy, en el que los murcianos seguimos sumidos en la tristeza por la pérdida de las vidas de catorce vecinos de Bullas. No alcanzo a imaginar el desasosiego de familiares y amigos al conocer la noticia, la angustia vivida en ese momento de espera para saber quién ha podido escapar del vehículo y quién no, el horror de que te confirmen que parte de tu vida ya nunca regresará. Hoy, catorce familias rotas no encontrarán palabras ni abrazos de consuelo que alivien su dolor. Aún así, somos muchos los murcianos a los que nos ha salido del corazón mandar palabras de aliento a los afectados. Muchos hemos utilizado las redes sociales, aún sin saber muy bien adónde llegarían nuestros mensajes. Otros muchos han ido a donar sangre para que los hospitales de la Región no se queden sin abastecimiento para los heridos. También han sido múltiples las personas que han sumado su trabajo voluntario al de los cuerpos de emergencias. Pequeños granos de arena que no sepultarán la tragedia, pero que desean mostrar que, ahora más que nunca, todos estamos con Bullas.