El sistema financiero debería velar siempre y en todo lugar por el interés general y no por el de unos pocos amiguetes para evitar graves despropósitos. Obviamente debe ser un sistema despolitizado. Los test de estrés que han pasado muy recientemente los bancos españoles, intermediarios de este sistema, han sido positivos ¡faltaría más! tras el rescate de millones y millones de euros que estamos pagando y padeciendo todos con recortes sangrantes aquí y allí para tapar los cráteres financieros de entidades bancarias privadas cuyos dirigentes se han enriquecido o practicado auténticas estafas, como las preferentes, y andan de rositas sin pisar la cárcel de forma inconcebible para el común de los mortales, se deben depurar responsabilidades, por acción u omisión, al máximo nivel, incluso políticas, y devolver hasta el último céntimo mangoneado o mal gestionado. Ya está bien de atracos a mano armada desde dentro y de golfos engominados. Soñemos.