Al suelo que vienen los nuestros», dijo el presidente del Sindicato Central de Regantes del Acueducto Tajo-Segura (SCRATS) evocando a Pío Cabanillas, que fuera ministro en la Transición y acopiador de una serie de frases célebres, entre las que se encuentra la citada. Y es que, aunque las relaciones entre José Manuel Claver y algunos dirigentes populares no han sido del todo buenas (el presidente de regantes con menos filin con el actual partido gobernante), tampoco se le puede tachar de sospechoso, de ahí que tenga valor esa sentencia que dijo tras oponerse la jefa del Ejecutivo de Castilla-La Mancha y número dos del PP, María Dolores de Cospedal, al primer trasvase que se aprobaba en su recién estrenada presidencia manchega, allá por octubre de 2011. Hasta ese momento, el lema de 'Agua para todos' estaba todavía impreso en los genes de los gobiernos del Partido Popular y de la propia sociedad del Sureste español. Pero ese momento fue un punto de inflexión y, si imaginásemos una gráfica con los resultados de una empresa, la línea que se dibujaría en política hidráulica a partir de entonces estaría en caída libre a modo de pendiente pronunciada, al menos a ojos de los regantes.

Pero aquellos que viven directamente -los beneficios los obtenemos todos hasta la balanza comercial de España- del campo y del agua en Murcia, Alicante y Almería ya se han cansado de observar como marionetas inanes el croquis con la flecha apuntando al infierno. Y, aprovechando que este fin de semana vienen a la capital los responsables que cosieron a su bandera de política reivindicativa un escudo con las siglas PHN y que ahora se han apresurado a deshilvanar concienzudamente, los representantes de 200.000 ciudadanos, según sus propias estimaciones, entre agricultores, productores y exportadores, les han mandado varios mensajes diáfanos. El primero, y tal vez más importante, reside en su exhibición de fuerza (ya he apuntado el número del que presumen); en segundo lugar, es significativa la unión que han conseguido de todos los implicados; y en tercer lugar, no es menos sustancial la suma que comienzan a lograr desde los distintos ámbitos empresariales, sindicales y sociales.

¿Cómo vemos el resto de murcianos nuestra pertinaz sequía? Como dice una compañera, ahora nuestra única preocupación en este caso es pagar el recibo, porque siempre que hemos abierto un grifo ha salido agua. Fuera de esta cuestión doméstica, sin embargo, pivota uno de los pilares de nuestra economía y no parece que los protagonistas de esta historia estén dispuestos a arrojar la toalla; antes al contrario, están dispuestos a alzar su voz. Sin lugar a dudas, lo que pretenden es que hoy, el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, se lleve de su visita a Murcia una idea aproximada de cuáles pueden ser las consecuencias para el campo si no se aprueba el PHN así como su corolario: cuántos votos puede perder su formación en esta parte de España. Estoy seguro de que Rajoy escuchará los avisos de los regantes, aunque no tengo tan claro que los regantes obtengan la respuesta que buscan.