Una torrentera es por donde de tarde en tarde bajan las grandes avenidas de agua, y en ese sentido el nombre de Torrente ha sido premonitorio, porque por ese cauce Santiago Segura hace bajar a cada tanto un caudal de aguas cenagosas que arrasan en taquilla. Una torrentera tiene algo de aliviadero de la naturaleza, cuando se manifiesta de manera excesiva. La tarjeta de visita de Torrente es la ventosidad, al fin y al cabo otro aliviadero. Es también su seña de identidad, pues si Torrente reprimiera sus escapes dejaría de ser Torrente ipso facto. El éxito de Torrente estriba en que dice y hace todo lo que no es políticamente correcto. Como la gente se pasa el día reprimiéndose para no caer en la incorrección política, en Torrente halla un ejemplo liberador de sus propios gases. El invento genial de Santiago Segura es haber sabido montar una taquilla ahí, para convertir en oro el biogás.