Este mes tendremos lluvia. Pero no de la que todos deseamos, una lluvia abundante de agua clara que riegue nuestros campos, lave nuestros árboles y evite que se sigan secando los pinos de nuestras sierras. Tendremos lluvia, sí, pero de estrellas. Este mes de agosto son las Perseidas. Escuchaba el otro día comentar a un amigo que este año se esperan muchas estrellas fugaces, pero que no podrán verse bien porque coinciden con la luna llena. Una luna que además, va a ser muy intensa. A mí la luna siempre me ha gustado. Su constancia, su permanencia, su silencio luminoso que tanto acompaña. No niego la espectacularidad de una estrella fugaz ni su belleza. Ni ese encanto que hace que muchas veces nos fijemos en ellas con esa pasión con la que hablaba mi amigo. Pero yo me quedo con la luna. A mí no me deslumbran las estrellas fugaces, ni me hacen olvidar que, quien muchas veces ilumina mi camino y me acompaña con su luz cotidiana y fiel es la luna. Este año, al parecer, más brillante que nunca.