¿Se acuerdan de aquellla frase dicha por la reina de Inglaterra hace ya unos cuantos años, al calificar así las preocupaciones que se cernían sobre la familia real británica? Pues eso ha debido pensar Messi, después de ver cómo su gran proyecto de esta temporada se iba al traste. Al igual que el FC Barcelona tuvo una oportunidad en el último encuentro de Liga frente al Atlético de Madrid, para borrar todo síntoma de debilidad de ese gran Barça que fue, ganando la competición en el instante final, al astro argentino se le brindaba este domingo un último set para volver a sentirse el mejor jugador del mundo que hasta no hace mucho lo era. Ni el conjunto dirigido por Martino tuvo solución entonces, ni Messi ha podido o sabido enmendar una campaña muy mala, que ha mostrado al jugador más introvertido, aislado y menos participativo de su carrera. El Mundial ha sido la puntilla para el delantero del combinado argentino. Las penas en el fútbol se quitan con triunfos, pero una derrota en la final del Mundial debe pesar mucho y Messi no puede esperar 4 años para resarcirse.