Los nuevos Reyes de España recibieron ayer en el Palacio Real del Pardo a más de 350 representantes de varias ONG, entre ellos varios murcianos, para reconocer su labor social en esta época en que las diferencias entre ricos y pobres son cada vez más abismales. ¿Lo más llamativo? Es la primera vez que miembros de organizaciones de gays, lesbianas, bisexuales y transexuales son invitados a este tipo de actos y le dan la mano a los Reyes. Por supuesto, los gays estaban muy contentos por este gesto único hasta ahora. Y es que, a mi entender, Felipe VI tiene que ganarse al pueblo, cada vez más distante, bien por los casos de corrupción que acosan a la Corona, bien por la indignación ciudadana, que también pone a mucha gente contra la monarquía. Con este movimiento, los Reyes están diciendo que su reinado puede ser diferente, y hace pensar que puede tener un carácter más progresista, a la vez que Felipe VI mantiene una característica heredada de su padre, su vinculación con los militares, como lo demuestra que en su investidura iba vestido con el uniforme de gala del Ejército de Tierra, cuando la Constitución no le obliga a ello.