Ahora resulta que Zapatero no fue el único en reaccionar poco y tarde ante el estallido de la burbuja inmobiliaria y financiera: a Rajoy también se le hacía cuesta arriba admitir que la entidad bancaria que sostenía el Eje de la Prosperidad „Bankia„ era un puntal carcomido de deudas. Tardó dos años: el proceso de toma de decisiones en la cabeza de nuestro presidente dura más que la preñez de la elefanta. Ahora sólo falta preguntarle a El País „periódico que ha hecho la revelación„ por qué ha tardado otros dos años en contárnoslo. Bueno, ya lo entendemos: procuran no darnos una mala noticia antes de haber cargado con las consecuencias „en mensualidades no del todo cómodas„ de la anterior.

Lo más espectacular de la noticia de revelación simulada en diferido „estilo Cospedal„ es que todo se desencadenó tras las presiones del Gobierno americano. Mientras tanto, nos decían que Bankia tenía unos trescientos millones de beneficios imaginarios y callaban que padecía pérdidas reales que multiplicaban por diez esta cifra. Lo curioso y casi mirífico del caso es que las ganancias ficticias engordaban las cuentas verdaderas (de ellos), mientras que el déficit auténtico cursaba a través del Estado, el recorte de los servicios, el aumento de los impuestos y las preferentes. El retraso en el reconocimiento del agujero era una necesidad dramática: había que conseguir que los ahorros de los ancianos se echaran en aquella grieta financiera como la sima de San Martín.

Supongo que dar cuentas falseadas debe de ser alguna figura delictiva y que algún tribunal, aunque sea el de Cuentas, tendrá algo que decir, aunque ya me imagino que la familiaridad con los billetes es como el culo de los adolescentes en la proximidad de los curas efebófilos: una permanente tentación, hay que ser comprensivos y entender que a Rajoy le costaba cesar a Rato que «era uno de los nuestros». En la foto, Rato aparece con otro de los suyos: José Luis Olivas. Aún había otro: Zaplana, que tomó el hábito de usar los recursos de las CAM y Bancaja para sus delirios de feriante y otros pagos en paraísos fiscales.