Perdone que le moleste pero hoy es San Fulgencio y yo tengo un cuñao murciano que cuando oye ese nombre gira la cabeza. Aunque para la mayoría de los que deambulamos por nuestra Región es ‘Penyo’ o ‘Flugencio’.

Igual que espalda se pronúncia esparda y melocotones, malacatones (maravilloso,como el chiste de la señora de etnia gitana).

A mi vecina, que padece de dolores en el cuello, cada vez que va al médico, éste le manda fotografías de las verticales. O eso me dice, aunque yo creo que serán radiografías de las cervicales. Suerte que tiene la señora, porque mi hermano y su prole, que están en Bolivia trabajando más de noventa días ya no tienen Seguridad Social. Bromicas navideñas de muy mal gusto de Marianico el Corto.

Tengo un amigo que va al pediatra a que le miren los pieses porque le han salido unas bambollas como catedrales. A otro que conozco de Caravaca le salen habas en las rojeses de las cannes. Y tiene que descambiar los calsonsillos que no son de algodón. Su mujer tuvo un alborto y no fue precisamente a la clínica Dexeus. A mi amigo de las Torres de Cotillas, que tiene un bar, le piden las tostadas del almuerso un poco churruscaicas. El bar es muy famoso, está en el centro de la replaseta.

En Murcia, hablas, dejes y etnias hay unas cuantas. Yo no es que trabaje para el Censo ni para el National Geographic, pero aquí tenemos para jartarnos incorrectamente hablando. Pero dejando a un lado la gracia, estuve unos cuantos años trabajando en el instituto de La Manga del Mar Menor, aunque más bién parecía una sede de las Naciones Unidas (hubo un año en el que contamos con más de veintiocho nacionalidades). Yo diría que el morse era el mejor de los lenguajes para ese centro. El palabro con más aceptación entre la comunidad educativa era acho.

Acho es a Murcia cómo la independencia a Cataluña, una forma endémica de dar el porsaco. Corremos el peligro que se converta en un idioma alternativo con conciencia de clase.

Pero ahora, gracias a Dios, a la espiritualidad de Occidente y a la consultora MacKinsey vamos a ser el orgullo de España entera. Porque los docentes de la Región de Murcia somos todos unos vagos, desmotivados e incompetentes y no tenemos ni idea de cómo hacer nuestro trabajo. No es problema de la masificación en las aulas, ni la poca o nula educación que reciben algunos en sus hogares, ni los efectos que producen las rupturas familiares en adolescentes, ni el aumento desproporcionado de alumnos inmigrantes que no hacen absolutamente nada en el aula, ni de los aprendices de cabrones que por ley están obligados a permanecer en las mismas en contra de su voluntad y amenazando a profesores, ni la explotación horaria de los docentes, tócate los cojoncianos Mariano.

No, el problema es que los profesores no estamos formados y somos una banda mucho peor que los Hermanos Dalton.

Me da a míi en la pinocha que a estos del Partido Porcular se les está yendo demasiado la pinza. Ya lo decía mi madre, que había que tener mucho cuidado con los empachos, y éstos, nuestros amados dirigentes, se van a llevar un susto por su desmedida política de privatizaciones. ¿Por qué no privatizan las eléctricas y no permiten que los pobres lleguen a morirse de frío antes de que de vergüenza? ¿Por qué no hablan claro del grave problema que significa para la educación, además de los recortes, la población inmigrante? Un tema políticamente intocable. Estos chicos y chicas vienen con una cultura totalmente distinta a la nuestra, su conocimiento del idioma suele ser muy básico, sus progenitores ni eso, hacen que se baje el nivel de exigencia en las aulas hasta mínimos insospechados, y luego nos echamos las manos a la cabeza al escuchar el Informe Pisa. Hacen que el profesorado combata la intransigencia de su cultura natal con los mínimos fondos posibles.

Somos la huerta de Europa, pero para que unos cuantos agricultores se llenen la barriga, los docentes hemos de hacer personas de pobres seres humanos con los bolsillos vacíos y la mente abierta, mientras ellos amasan fortunas.

No me entiendan mal, lo que digo es que o se financia una correcta integración con una economía más que necesaria, o al menos, se deja en paz a los docentes porque trabajamos más de lo que podemos. ¿Ustedes se creen que sólo damos horas de clase? ¿que no corregimos en nuestras casas? ¿que no hemos de preparanos nuestras matérias? ¿que no nos obligan a absurdas reuniones pedagógicas? Y además nos obligan, pagándo de nuestros bolsillos, a una formación continua. Ya está bien de que nos echen la culpa a los mismos.

Aqui hay que hablar claro:

Acho, payo, andepijovás, no me rayes... No se enseña en las aulas, se combate en ellas. Pero si los políticos que viajan en primera clase, que cobran un disparate por plenos extraordinarios, que reciben dietas y presentes hasta por meneársela, que trabajan en Nueva York sin saber inglés como la exministra Aido, que se recolocan en empresas que para pagarles sus millonarios sueldos nos suben los recibos al resto de los mortales; si estos, como digo, nos quieren auditar externamente a los que hacemos posible el cambio de adolescentes a personas. Entonces habrá que ir pensando ya en auditarles a ellos y más pronto que tarde. Así que o actúan dando ejemplo o esto va a terminar muy mal.

Y es que en Murcia confundimos la velocidad con el tosino.