La desinformación produce ignorancia y ésta es un riesgo para la salud física y mental. He leído un informe biológico que asegura que para vivir muchos años hay que comer poco, pasar frío y renunciar al sexo; debe ser por ello que desde la Administración pública se nos castiga en aquellas direcciones; por cuidar de nosotros y de nuestra longevidad. Me interesa vivir al máximo y no perderme el espectáculo. El mismo informe afirma que la epidemia del siglo será la obesidad, es decir que viviendo mucho te toca el gordo. Y he encontrado la evidencia de que en determinadas especies animales, la restricción de calorías en la alimentación, alarga la vida.

Primer punto. Es verdad que para vivir más hay que comer poco. Aunque también lo es que a estas conclusiones hemos llegado investigando sobre ratones, cuya felicidad en la abstinencia desconocemos. Por otra parte queda demostrado que es cierto que en países de climas severos se vive más, y lo que es digno de mención, se padecen menos enfermedades. Punto segundo: es cierto que pasar frío es bueno para alargar la vida. Y en cuanto a la tercera cuestión, la del sexo, es una evidencia, me dicen, que la eliminación de la acción de determinadas hormonas, a partir de cierta edad, puede favorecer un mejor estado de salud. Esto me ha resultado un desencanto, siempre creí en lo contrario. Tercera cuestión, por tanto: la castidad favorece la larga vida. Todo lo dicho por el científico en las observaciones anteriores, carece de virtualidad práctica, lo cual tranquiliza.

Yo creo, y me parece que me equivoco poco, que el problema de nuestra alimentación es la ignorancia que tenemos sobre los valores calóricos de los alimentos, de ahí que no tengamos en cuenta el exceso de calorías y su gasto con el ejercicio físico u otras energías. Comemos hedonistamente, más de lo que necesitamos, por placer, y esto unido a una vida sedentaria produce los efectos nocivos que derivan en obesidad. Dicen los expertos que no hay nutrientes malos ni buenos que la perversión resulta de sus combinaciones. El ser humano solo necesita dos mil calorías/día para sobrevivir.

No sé, realmente, si creer en todo esto, si pensar que la curia y su castidad les asegura una larga existencia; no creo que nuestros mendigos lleguen a cumplir muchos años por aquello de almacenar frío en los huesos y hambre en las entrañas. Lo que queda claro es que el Estado y sus normas, cuida de nosotros, por lo visto y leído, científicamente. Sin comer, sin calor y sin sexo, así cualquiera.