El Menestro Montoro y las Europedas

Pues no, menestro Montoro, no nos la ha colado, ni usted ni los suyos de por arriba, ni algunos de los de por aquí abajo. No venga ahora a bendecirnos con la frasecita de que todos somos iguales, que le hemos visto el plumero. Mire usted, hasta donde llega nuestra pequeña mollera, los de aquí, nosotros los de pueblo, sabemos que ya están ustedes en precampaña electoral para las europedas y que ahora se vota una sola lista única, es decir, los murcianos votamos a los mismos que los andaluces o extremeños, sí, también que los catalanes, vascos y gallegos. Por esa razón ahora hablan de que los presupuestos para Cataluña no pueden ser diferentes de los del resto del país, cuando siempre lo han sido, porque no les interesa que se den cuenta los ciudadanos, los que sí se consideran españoles, de que hay muchas diferencias regionales en virtud al follón que se dé alegando que me voy de España pero sigo en la liga de futbol.

Si en estos momentos el paranoico recaudador Gobierno nacional concediese a los catalanes una financiación autonómica especial para la casa, como siempre lo ha hecho, se podría encontrar con que en las próximas europeas no sacaba ni los diez primeros de la lista.

Por eso, ahora esgrimen la espada de la igualdad entre las Comunidades autónomas.

¿Igualdad? Señor Montoro: hay españoles que pagan más unos que otros, unos reciben más, otros menos, hay una sanidad por Comunidad autónoma, incluso dentro de la propia Comunidad hay sanidades diferentes según qué área de salud te toque. Pero es que dentro del pueblo hay ciudadanos con calles muy arregladitas porque vive fulano, y otras por las que no hay quien pase. Los impuestos no son iguales en Navarra que en Extremadura, los gallegos reciben más cuartos para sanidad y otros menesteres que los murcianos, los catalanes son de primera división y los murcianos de tercera en cuanto a la igualdad de trato. Y si de Madrid hablamos, comparado con Murcia, es para mearse de la risa.

Usted, señor Montoro, políticamente hablando, es un fraude. Usted es ese señor que pretendía dar a los socialistas de ZP lecciones de economía y superación de la crisis rebajando los impuestos, abriendo la mano del crédito, invirtiendo por doquier, elevando los sueldos y pensiones y€ sí, ya sabemos donde ha quedado toda aquella verborrea dialéctica de opositor en cuanto ha llegado al Gobierno.

¿Es que no se cansa usted de mentirnos? De verdad, es usted incansable, debería parar ya porque si no se cansa los españoles sí lo estamos de sus inagotables mentiras políticas.

No creo que haya habido en toda la historia contemporánea de Spain un ministro que le haya hecho tanto daño al país ni un Gobierno que haya mentido tanto y, mucho más aún, que en unos días de su ejecutoria frustrase todas las esperanzas de un pueblo noble, y desilusionase profundamente a tantos millones de ingenuos votantes que tan solo buscaban con su voto que saliese elegido aquel que prometía bienestar ante lo que parecían las locuras de Zapatero. No es de extrañar que cada vez se eche más de menos a ZP, aunque tan solo sea porque, entre otras cosas, nos hacía reír; mirándole a usted con fijeza, ese rostro políticamente endurecido no hace ninguna gracia.

Puestas así las cosas, señor Montoro, córtese un poco, porque lleva camino de fastidiar a mi presi. ¿Cómo? Pues cómo va a ser, menestro, fastidiando votos por todo el territorio nacional y rebajando los electos del PP a Europa hasta cinco, si a mi presi le dan el siete u ocho, pues se nos queda en casa. Europa perdería un buen político; nosotros, nada, porque ya se habrá ido, aunque consuela que la Enseñanza gane un magnífico profesor.

¿Sabe usted lo que le dijo una vez uno de Mula a Valcárcel? Pues por ahí van los pensamientos, señor Montoro. ¿Que no? Ya, ya verá los resultados de las europedas. Luego que no digan que no he avisado.