No, aún no existen comuniones por lo civil, ni siquiera bautizos, sólo bodas, aunque todo se andará. En una de esas preciosas comuniones a las que asistí hace poco pude comprobar que tan obsesionados estamos con la política que hasta en misa mayor el lector de una de las plegarias confundió el 'salmo responsorial' con el 'salmo consistorial', palabra de Dios. Y es que no podemos olvidarnos, ni siquiera en las eucaristías de estas primeras comuniones, donde el sacerdote lo primero que invoca además de la colecta para los pobres (en otra época era para el suburbio, qué fuerte; hoy ya no porque el que más o el que menos vive en el suburbio), es que se abstengan de hacer fotos, para que los flashes no molesten en la ceremonia. Sólo se permiten uno o dos fotógrafos, que, por supuesto, no piensen ustedes que son los que la Iglesia ha autorizado a cambio de una ayuda para el suburbio. Pues bien, antes, durante y después de la comunión, los comentarios son: ya está aquí el verano, y estos zapatos me están matando. Y a continuación: este país no tiene arreglo. Hasta Aznar tiene que callar, a pesar de salir en Antena 3 dando lecciones, y haciéndole, por cierto, un flaquísimo favor a Rajoy y a la derecha en general: ¿pues no dicen que parte de la boda de su hija fue pagada por el Bigotes, el Barbas, el Gürtel o la madre que losÉ? Vamos, Aznar, con lo que es, no me lo creo, dice otro. Pues si no es así que lo denuncie ante los tribunales. Para qué, apunta un tercero, para que los jueces no hagan nada y se plieguen ante el poder; mira si no el caso de la infanta. Y uno, que está enmedio de esa conversación aflojándose el nudo de la corbata, no tanto por el calor, sino porque no le llega la camisa al cuerpo, tiene que oír, ver y callar como un buen mono de los que abren, cierran y destapan botellas de vino, guarda respetuoso silencio ante tanta verdad. Si supieran que soy juez no sé qué me dirían. Mejor me callo y no les digo que tienen razón, pues lo mismo se desaniman aún más. Que le paguen parte de esa boda los corruptos, presuntos corruptos, por supuesto, eternamente presuntos al ritmo que vamos... O que al yerno del expresidente, en su cumpleaños, que costó dos millones de pesetas (que pocaÉ) según dicen las lenguas (la prensa de su cuerda, para más inri), contribuyera económicamente, también la camarilla que acudió en pleno a su boda, no tiene nombre, y los jueces como si tal cosa. La boda de las cuatro A: Ana Aznar, y Alejandro Agag. Que no, hombre, que los jueces no pueden hacer más de lo que hacen, que bastante tienen con tanto chorizo, y encima con cuatro perras de medios materiales. Uf, menos mal que alguien, antiguo miembro de las Fuerzas de Seguridad del Estado, según supe después, me echa una manita. Al final, les confesé mi profesión, pues otra cosa no, pero orgulloso estoy de ser lo que soy, y mucho, profesionalmente hablando, claro. Y ya se cortó la conversación abierta. Visto lo visto, debía haber seguido mudito. En fin, les animé a seguir creyendo en la Justicia y, por supuesto, a participar en las ceremonias religiosas, que no gastronómicofestivas que son las comuniones.