La crisis económica, extensa y dura como un páramo helado, está deparando ya demasiado sufrimiento a la ciudadanía. Ahora, la tijera gubernamental, esa que viene acompañada de recetas absolutamente inútiles, vuelve a buscar un objetivo injusto para la caza.

El Gobierno de la Región de Murcia ha puesto sobre la mesa un Expediente de Regulación de Empleo (ERE) que pretende el despido de 22 trabajadores de Onda Regional. Se trata de un ERE político, en el que se utiliza como excusa la situación económica para dejar en el esqueleto a un medio de comunicación que tiene mucho de ejemplar.

El primer pecado de Onda Regional, por utilizar la estimada nomenclatura confesional del Gobierno del PP, es estar compuesta por una plantilla de demostrada solvencia que, en su mayor parte accedió a su puesto de trabajo a través de pruebas oficiales de concurrencia pública. Estos profesionales pueden gestionar su competencia profesional innegable al margen de los caprichos diarios del poder.

Lo que un gestor sensato vería como un gran activo para la región, pues es con recursos públicos con los que ha crecido esta plantilla y sus ya menguados sueldos, los dirigentes del PP lo ven como quien ve a un cocodrilo.

El otro pecado de Onda Regional es servir a la Región de Murcia, en lugar de al partido de turno: ¿Qué medio prestó la información más detallada sobre el terremoto de Lorca o los incendios de Moratalla? ¿Qué medio es el único que da cobertura a los eventos deportivos de ámbito regional y local? ¿Qué informativos sirven de agencia de noticias para otros medios privados de escasa cobertura territorial?

Otro gallo cantaría a la plantilla de Onda Regional si hubiera sido la correa de transmisión del poder del PP. No lo han sido, su labor se distingue por el respeto a la pluralidad, la solvencia de las informaciones y el servicio público. No hay loros de ningún partido en Onda Regional.

Pese a su sencillez, no sólo no es un medio del que haya que prescindir, sino, muy al contrario, debería ser potenciada como medio de comunicación regional. Cuando Onda Regional ha sido una empresa pública, ha sido un ejemplo de buena gestión, un medio austero. Cuando la crisis no había empezado, Onda Regional hizo sus ajustes, en previsión de los malos tiempos que podrían llegar. 24 horas de programación de calidad, durante 365 días al año con un presupuesto total con el que al consejero de Cultura no le llegarían ni para un par de conciertos.

El Gobierno Regional se ha equivocado gravemente al meter a Onda Regional en el foso de los leones. Nos llegan cantos de pájaros que nos dicen que en determinados sectores de la propia estructura gubernamental no se entiende este ERE. El presidente de la Región de Murcia tiene en su mano enmendar el error y, de paso, hacer un gran servicio a la región, permitiendo que sigamos disfrutando de un medio que puede seguir dando mucho más de lo que recibe. En tiempos de crisis, mejor aprovechar lo que se tiene que arrojarlo por la ventana. No seamos borricos.