Familias sin hogar, jóvenes obligados a renunciar a su independencia, mayores que acogen a hijos desolados y demasiadas vidas perdidas por la desesperación. Esta es la realidad que cada quince minutos golpea a nuestro país y que, al menos, cuatro veces al día arrebata toda esperanza a ciudadanos de nuestra Región. Un drama lo suficientemente grave para hacernos reaccionar y ampararnos en la fuerza de la razón y la legitimidad de las instituciones para impedir que se prolongue un minuto más.

Salvo honrosas excepciones, como el decreto del Gobierno andaluz por el que se expropia a los bancos los pisos deshauciados, no ha habido respuesta en otras regiones ni por parte del Gobierno de Rajoy para proteger a los afectados, y tal como auguramos los socialistas en su momento, las medidas adoptadas no han conseguido frenar el problema. Con la soberbia de la que hace gala el PP en este y otros temas, rechazaron una Proposición de Ley elaborada por el PSOE que introducía medidas para evitar de manera urgente más desahucios, al tiempo que articulaba medidas de prevención, mediación y resolución en el ámbito hipotecario.

Apostamos, en definitiva, por una Ley de Segunda Oportunidad, como la existente en Francia o Suecia, que ofrece la posibilidad de elaborar un convenio o pacto extrajudicial entre los contratantes de la hipoteca, a través del cual se pueda renegociar la deuda y continuar usando la vivienda familiar, propiciando con ello una solución realista y posible para pagar la vivienda y seguir disponiendo de un techo, dejando la dación en pago como la última solución a estas situaciones.

Sin embargo, ni las directrices marcadas por el tribunal europeo, ni la ILP planteada por la Plataforma de Afectados por la Hipoteca ni las iniciativas de la oposición, han merecido la atención del Gobierno de Rajoy, que ha optado por aprobar una Ley en solitario que no satisface a nadie. Tampoco hay reacción por parte del Gobierno de Valcárcel en la Región de Murcia, lo que no paralizará la voluntad del PSRM-PSOE de presentar en la Asamblea Regional una Ley de Vivienda que ampare de forma real el derecho a la vivienda de los ciudadanos y ciudadanas de nuestra tierra.

Se hacen precisas soluciones inmediatas y efectivas, se hace precisa la respuesta de las entidades financieras hacia los ciudadanos a los que con nuestros impuestos hemos salvado la cara para que siga sin circular el crédito ni para particulares ni para empresas, porque, en el momento que vivimos, por encima de cualquier circunstancia, la dignidad de los ciudadanos de este país se convierte en el primer valor a salvaguardar por parte de un Gobierno.

Cada día que pase sin que se ataje la tragedia de las personas que se quedan sin vivienda, hará a los que tienen en su mano evitarlo responsables de todas sus consecuencias, y por ello, deberán responder ante la Ley y ante los ciudadanos.

No hay opción, es un mandato constitucional, una obligación de dignidad ciudadana, a la que todos nos debemos.