Si gustan de releer mi articulo de La Opinión del pasado 22 de noviembre de 2012, en el que hablando de la sucesión de Valcárcel, dije: "Juan Carlos Ruiz, siempre en la sombra, prudente y fiel, buen político formado en la cuna popular, puede ser la gran sorpresa. Conoce bien los entresijos de la política tanto regional como nacional y por el tiempo que lleva entre los laberintos políticos es muy posible que sea su momento, su ahora o nunca". Pues bien, no es que uno presuma de adivino, pero se veía venir viendo lo que había. Es como el juego al dominó o el de las cartas, si el contrario o el compañero saca ciertas fichas o números, tú sabes enseguida lo que tiene y va a echar.

Valcárcel se va, lo repite y lo vuelve a decir -"me voy"-, por eso y ya que lo ha decidido él mismo, mi mas sentida ida, presi, peroÉ ¿de verdad se va? ¿de verdad va a dejar que el PP elija en democracia a su sucesor con la posibilidad de que se le cuele alguna o alguno que mejor estaría en la vendimia? -pido perdón a los vendimiadores por esta ofensa-; no, no va a ser así. El presi se va y deja testamento sucesorio, otra cosa es que el heredero, después de heredar, le haga el caso que él piensa le va a hacer. Esto es como la joven viuda que le jura al agonizante marido que jamás volverá a concebir en su lecho varón alguno. Después del entierro el juramento se olvida y la cama se vuelve a calentar. Da igual a quien ponga; el elegido, pasado el tiempo del luto al córpore vivo enviado a Bruselas, va a hacer lo que le salga de los mismisimos. Es más, tras volver a sentir los placeres del mundo, demonio y carne política que da el sumo poder, le disputará la presidencia del partido con un sampedro "juro que no lo conozco".

Juan Carlos Ruiz, presuntamente será el próximo presidente de la Comunidad; otra cosa es que dure mas del año que le restará hasta las elecciones. Y no lo digo porque yo sea gafe o le esté echando un mal de ojo, no, no voy por ahí, que a mí Juan Carlos me cae fenomenal desde hace veinte años. Lo digo porque la única cualidad que no tiene es la de arrastrar a las masas a las urnas. Juan Carlos arrastra a los peperos, pero no a las mesnadas ajenas a su entorno político, y es una pena, pero cada uno es como es. Y si encima le sumas que, para la reelección, algunos de su propio partido se le van a poner enfrente disputándole el puesto de candidato a la presidencia, que igual lo harían si fuese otro el elegido por el presi, pues poco hay ya que adivinar: sangría y dispersión del voto popular con pérdida de la presidencia y grandes alcaldías.

Con este panorama, con la agudeza de los socialistas murcianos de imitar a los andaluces con lo de las viviendas y las expropiaciones, sumándole lo contestatarios que son, profesionales e infatigables de la siega política de los contrarios, liderados por el ya formado Tovar y con las ideas de mi amigo Pedro Saura extraídas de un desayuno para dos, entre él y yo, sobre 'Gobiernos en la sombra', sumándole lo torpes e insensibles, por evitar decir arrogantes, que son los políticos del PP en el Gobierno de la nación, que tratan y maltratan al pueblo con despotismo y por su bien, podríamos vaticinar que Juan Carlos Ruiz, o el que sea, tan solo será presidente por un año, como Rajoy lo será de una sola legislatura. ¿Que no? El PP para gobernar le tiene que ganar a todos los partidos juntos y sumados; el PSOE gobierna con la suma de todos, da igual aquí que allí. El PP es un partido serio, aunque Rajoy nos haya mentido y crucificado por y para nuestra buena salud y le guste cabalgar en solitario; el PSOE también lo es, miente igual, pero a diferencia de su contrario se alía con el diablo para gobernar o para no dejar de hacerlo. Son mucho mas avispados.

El PP no tiene a nadie cuando tropieza; salen todos como ratas del barco bajo el grito de "somos técnicos", "no somos valcarcelistas"; el PSOE los tiene a todos, se unen como piñas aunque entre ellos se maten, incluso la izquierda más radical le da sus votos en un me quito un ojo para que a los peperos les quiten los dos.

Y es que todo rebaño necesita un pastor, y al de la Región de Murcia se le va el guía indiscutible, el vencedor en solitario de las urnas, el Maquiavelo inteligente de las elecciones, el brillante político al que se le vota diga lo que diga y haga lo que haga... o no lo haga. Tras de sí deja una hoja de servicios brillante, aunque como buen historiador que es, sabe bien que todo escribano algún borrón deja, y es que él también es humano, como usted y como yo. El panorama que deja no es el que quisiera dejar, pero es lo que hay y no es su culpa, aunque en su honestidad la asuma toda.

¿Se imaginan ustedes que les hagan herederos de una preciosa finca, de verdes prados, con ovejas y ovejos, cabras y cabrones, con lujoso palacete incluido, pero con unas hipotecas enormes que quintuplican el importe del bien heredado? Pues eso, arreglado va. Aunque, tranquilos, que queda un año y eso es mucho tiempo en política, que ya he dicho muchas veces, que el presi aún no se ha ido.

¡Ojo! Juan Carlos, si tú fueses el heredero, no tengas miedo de coger la herencia que te deje mi presi, que será pobre, pero honesta; pero no te quedes con todo lo que pasta por el prado verde, que no todo tiene buena raza.