El proyecto del nuevo Puerto en El Gorguel, que la Autoridad Portuaria está desarrollando, es el más importante, sin duda alguna, de los que, a lo largo de su historia, ha acometido el Puerto de Cartagena, y que, de llegar a buen fin, lo situará como el más importante de España. Ha sido considerado proyecto estratégico por parte de la Comunidad Autónoma de la Región de Murcia, va a contribuir de manera decisiva al desarrollo económico y social de la Región, situará a Murcia como nodo logístico de primera magnitud, ha posibilitado la llegada del Corredor Mediterráneo a Cartagena, tiene un perfecto encaje en la política de transporte de la Comunidad Europea, va a constituir un polo de atracción para multitud de empresas que desearán instalarse en las proximidades de la gran terminal, creará más de mil puestos de trabajo directos y garantizará el pleno empleo en el municipio de La Unión.

Este gran proyecto, que en la actualidad se encuentra en proceso de evaluación medioambiental, está provocando la irritación, y en algunos casos la ira, de los ecologistas fundamentalistas.

Hace unos días La Opinión publicó un artículo firmado por el señor Costa Morata titulado El Gorguel y la ingeniería indeseable. Es mi obligación, y en muchos casos mi devoción, leer cuanto puedo sobre el proyecto referenciado, así que me dispuse a informarme respecto a lo que opinaba el señor Costa.

Confieso que cuando llevaba leídas dos columnas del artículo pensé en abandonarlo ya que de lo único que trataba era de un laudatio del firmante, que como usted, querido lector, comprenderá me importaba un bledo, pero supuse que lo extenso del currículo sería para adornar su postura y seguí hasta el final con la lectura.

Perdí el tiempo, porque lo que debía haber sido una respetable y documentada oposición al proyecto se basaba en una sarta de insultos, descalificaciones, suposiciones sin el más minimo fundamento, burlas, comparaciones asaz inconvenientes, en definitiva pura demagogia. El señor Costa se cree en posesión de la verdad absoluta y aquellos que no comulgan con sus ecologistas ideas son inmediatamente catalogados como depredadores medioambientales, indeseables ingenieros, ridículos papanatas o pretenciosos bravucones; una sarta de lindezas del señor Costa, que representa el fundamentalismo en su más genuina expresión.

El preceptivo Informe de Sostenibilidad Ambiental del Plan Director del nuevo Puerto está ultimado y a punto de salir a información pública. En ese libre y equilibrado debate es donde el señor Costa, si así lo desea, podrá exponer cuanto en contra del proyecto quiera, aunque opino que si desea ser tenido en cuenta abandone el fundamentalismo y aporte razones, que no exabruptos.

Una cosa más, querido lector: he dicho en varias ocasiones, y sigo manteniendo, que el proyecto del nuevo Puerto en El Gorguel para nada es incompatible con la deseada regeneración de Portmán. Todavía estoy esperando una sola razón en contra de mi afirmación, que tampoco la aportó el señor Costa.

Sigo esperando.