Adán lo tiene claro, siempre lo ha tenido: el mundo y todo lo que contiene es algo que por derecho le pertenece. A su alrededor solo ve objetos a su merced y disposición, marionetas necesarias para su divertimento y placer. «La norma, las normas son válidas siempre y cuando jueguen a mi favor. Si no, sólo son sandeces de blandos maricones que no se atreven a pelear sus derechos como hombres! Puagg! Mi deseo es La Ley».

A Dolores, su madre, el carácter de su hijo le viene preocupando desde hace tiempo, pero sólo empezó a verlo ´enfermo´ cuando Adanito la llamó hija de puta por no darle cinco euros para porros. Y con sincero amor maternal le dijo a su marido: «Justino, el nene tiene un problema psicológico. Yo creo que debe ser algo de complejo». Y aunque Justino se encontraba ese día especialmente cansado, no pudo dejar de sorprenderse y para sus adentros pensó: «Si he sido un amigo para mi hijo, le he tratado desde niño como un adulto, razonando con él, jamás lo castigué ni prohibí nada, pero sin los mimos blandos de su madre ¡esto lo arreglo yo con un poco de disciplina!».

Y en una seria conversación decidieron una solución dolorosa, pero justa: a partir de hoy nada de ver la televisión en la cama, se le retiraría la play de la habitación, se vigilaría el uso del móvil. Además, se le diría seriamente que «mientras yo mande en esta casa hay que respetar a la mamá». Como colofón y para demostrar lo irreversible de la postura paterna se castigó a Adán sin salir dos fines de semana y rebajarle la paga€

Si les cuento todo esto es porque el maestro Freud ya advirtió de la necesidad de poner limites, frustrar al niño para darle la oportunidad de, mediante la rebeldía, individualizarse e interiorizar la norma y, a ser posible, mejorarla; si todo está permitido no hay posibilidad de elección; sin poder elegir no hay libertad; sin libertad no hay individuo.

Ni Adán ni Dolores ni Justino son completamente culpables ni inocentes; sinceramente, creo que hay demasiadas frutas cuando lo que se necesita es una manzana prohibida.