La conferencia de presidentes autonómicos terminó con el mensaje de que todos tenemos que arrimar el hombro y trabajar en la misma dirección para luchar contra el déficit público y salir cuanto antes de la crisis. El parecido con las reuniones del Consejo Europeo es enorme, donde reunión tras reunión se acuerda tomar medidas que vayan en la dirección de unificar políticas económicas, fiscales, bancarias, etc.

La clave del éxito de estas medidas está en ponerlas en práctica; en Europa ya hay quien está poniendo en duda gran parte de las decisiones adoptadas lo que provoca que vuelva la incertidumbre y la creencia generalizada de que Europa es un proyecto muy débil y con muchas grietas.

En la medida en que en España surjan voces que pongan en duda la unidad de nuestras políticas para salir de la crisis, el mensaje que salga fuera de nuestras fronteras será demoledor para nuestros intereses nacionales, incluido el del bono a diez años. Cada vez son más los informes de organismos internacionales que apuntan a que nuestro gran problema es nuestra estructura estatal, que supone un lastre para nuestra productividad y no nos permite ser competitivos. En esta carrera a la unidad España tiene una gran ventaja sobre Europa: todos hablamos el mismo idioma.