En una especie de concurso acerca de las palabras más bellas del español, ha ganado ´Querétaro´, cuyo significado muy pocas personas conocían. Por lo visto, es el nombre de un Estado de México y, etimológicamente hablando, significa «isla de salamandras azules», «lugar de reptiles», o «lugar de piedras», según las fuentes a las que se acuda. La votación ha sido promovida y controlada por el Instituto Cervantes.

Creo recordar que el año pasado se llevó a cabo sin control y salió o estuvo a punto de salir ´república´, lo que en una monarquía podría resultar

contradictorio. Imagínenselo ustedes al revés: que la palabra más hermosa, para los ciudadanos de una república, fuera monarquía. Es como si el término preferido de un pescadero fuera carne, o viceversa, o el de un poeta fuera novela, o al revés. Este año no ha habido sorpresas porque se ofreció al público votante una serie de palabras finalistas entre las que no encontraban ni caca ni culo ni pis ni, por supuesto, república.

La sorpresa ha sido que saliera una palabra de significado ignoto, con perdón, como si los internautas (se votaba a través de la Red) hubieran primado la forma sobre el contenido. Querétaro es esdrújula (una rareza) y aliterativa (dos rarezas). Además, como señalaba su patrocinador,

Gael García Bernal, contiene una ´u´ muda, que le añade un punto de misterio. Todo, excepto su significado, parecía conspirar, en fin, a favor del término. Si ustedes creían que el significado de una palabra era su sustancia, estaban equivocados, ya lo ven. Querétaro ha ganado por su musicalidad, por su ritmo, también, piensa uno, por su antigüedad. Dices Querétaro y parece que has alcanzado las raíces de la historia natural, como cuando dices dinosaurio o pleistoceno. Tiene un sonido arcaico. Cada vez que la pronuncio me viene a la memoria la vieja tortuga de mi estanque (un quelonio, por cierto, maravilloso término también). Quizá, aun sin conocer su significado de manera consciente, la palabra Querétaro evoca significados inconscientes. Es posible, como ocurre en otros aspectos de la vida, que sepamos lo que quiere decir sin necesidad de saberlo. Yo supe lo que significa antiflogístico desde que tropecé con ella, de niño, en un prospecto médico. Pero no esperen que se lo diga, es un secreto personal.