Lo peor de la constante repetición de los socialistas murcianos de que el «modelo económico de Valcárcel ha fracasado» (y frases semejantes) no es su evidente falsedad. Repitámoslo por si hay alguien que no ha querido aún darse por enterado: primero, desde una Comunidad autónoma no hay ninguna capacidad de imponer un ´modelo económico´, porque no tiene ni las herramientas legislativas necesarias para ello ni las presupuestarias. Segundo, la crisis inmobiliaria es parte de la crisis económica, pero en modo alguno su causante. Tercero, el pinchazo de la burbuja inmobiliaria no es un asunto murciano, por no ser ni siquiera es un asunto sólo español. Había burbuja inmobiliaria en los EE UU, en Irlanda y hasta en Japón. No en todo el mundo, desde luego, pero sí en muchos lugares donde el dinero barato alimentó el crecimiento desmesurado de los precios de los bienes inmuebles. Y cuarto, es evidente que la crisis inmobiliaria debía hacer más daño donde más crecimiento había producido. Si había creado mucho empleo en Andalucía, Murcia y Castilla-La Mancha, por citar dos Comunidades vecinas, lo normal es que en ellas se destruyera más empleo que en Asturias o Galicia, donde el crecimiento en los últimos años ha sido más lento. Y, como habrán observado, en los dos casos hay Comunidades de los dos colores políticos. Todo esto es tan obvio que produce pereza tener que decirlo.

Pero decía que lo peor no es la afirmación de que se atribuya la crisis de la Región de Murcia al ´modelo Valcárcel´, lo peor es pensar que los resultados económicos de una región o de un país son una respuesta a un presunto ´modelo económico´ pergeñado por los políticos. Y me temo que realmente los socialistas murcianos se lo creen. Que Zapatero se lo creía era evidente, pero no sabemos si recibió las dos tardes de clases de economía que le prometió Jordi Sevilla. Si eso fuera así, si tuviésemos ´el modelo económico´ correcto ¿por qué estamos tardando en aplicarlo? ¿Dónde se encuentra ese modelo que garantiza crecimiento indefinido, reparto equitativo de la riqueza, ausencia de crisis y que los panes y los peces se multipliquen? Es evidente que no lo tenemos. Y muchos pensamos que no puede haberlo, pero argumentar por qué no es el objeto de este artículo.

Los disparates que se leen sobre la crisis económica en Murcia son legión. A modo de ejemplo, un articulista de este mismo periódico se

quejaba de la cortedad de miras del empresariado murciano por no haber fundado una empresa como Nokia. Qué tontos, parecía decir, podían haber creado Nokia y se dedican a hacer dúplex. Les prometo que no es broma. Y es que no sólo Zapatero parece necesitar dos tardes de

economía.

Cuando un político tiene un ´modelo económico´ en el sentido esgrimido por los socialistas, un modelo que dirija la economía y le diga por donde debe ir, el resultado no es ya el estallido puntual de graves crisis económicas, sino la miseria permanente. El objetivo de una política económica no es imponer un ´modelo´ a la sociedad, sino hacer posible que los individuos, los trabajadores y los empresarios, todos los ciudadanos, innoven, inviertan, se genere empleo y riqueza. Y con los impuestos que esa riqueza genera financiar, en primer lugar, los servicios fundamentales del Estado del Bienestar.

Un Gobierno autonómico no impone políticas económicas en el sentido en que lo puede hacer el Gobierno de la nación, pero sí puede influir en la creación de un marco institucional estable que atraiga la inversión y genere confianza. Puede promover la construcción de infraestructuras que vertebren el territorio y que faciliten la entrada y salida de mercancías y personas. Y puede invertir en educación y en sanidad. Y eso es lo que han hechos los gobiernos de Valcárcel desde que éste es presidente de la Comunidad. Lo que no debe hacer un Gobierno, y no hizo Valcárcel, es decirle a los ciudadanos, a los empresarios, a los trabajadores, dónde invertir su dinero y qué hacer con sus vidas.

Por ello lo peor de los socialistas murcianos no es el ridículo de que tengan que oír a Zapatero decir en su mitin de Murcia que él no otorgaba las licencias de construcción, cuando la Lorca gobernada por los socialistas ha sido la campeona en las licencias, y no se han quedado atrás otras localidades gobernadas por ellos, desde Jumilla al Mar Menor. Eso, de verdad, es lo de menos. Lo realmente preocupante es pensar que los socialistas murcianos siguen pensando que si llegan al Gobierno impondrán ´un modelo económico´ a todos los murcianos, eso sí, seguro que ´sostenible´.

El problema de la Región de Murcia no es un problema de modelo. El problema de la Región de Murcia es el mismo problema que el de Galicia, Navarra, Cataluña o Andalucía: es el de unos Gobiernos socialistas que se preocuparon más de generar problemas a la sociedad española que de solucionarlos, que negaron la crisis cuando ésta era evidente, que dilapidaron recursos cuando eran más necesarios, y que empezaron a acometer las reformas tarde y, por lo que vemos, a medias.