Muy buena, es muy buena la iniciativa de Clemente García, secretario general de CROEM, de reunir los viernes a patronal y sindicatos (UGT y CC OO), para tratar de arreglar o aportar alguna luz el desaguisado económico y laboral de nuestra Región. Reuniones informales sin actas, sin dejar nada escrito, tan solo exponer y dialogar sobre los temas tan preocupantes de nuestra Región, que es lo mismo que hablar de nuestro futuro. Reuniones motivadas por la enorme inquietud que les embriaga e impide ver que nadie da luz en esta oscuridad. Mis felicitaciones a Clemente por la iniciativa y a los líderes sindicales por prestarse a tal trabajo que, sin duda, dará sus frutos positivos, pero, la idea ¿es de él o del presidente Del Toro?..., «¡que más da!», lo importante es que sigan, que no paren, que sigan estas reuniones de los viernes, tan sorprendentes como la justificación que dan: «Estamos muy preocupados por la delicada situación de la Región de Murcia y nos reunimos por si podemos hacer algo para cambiarla».No será un servidor el que tenga algo en contra de tales reuniones, ¡jamás!, todo diálogo es poco para resolver con palabras y sin amenazas de huelgas y otras actuaciones tan feo panorama económico y laboral. Pero no me negarán que tales manifestaciones puestas en boca de algunos de los asistentes no son como para dejarte atónito. Algunos que rompen el diálogo y ahora acusan a los actuales dirigentes de intransigencia. Algunos que juegan a gobernar sin ser elegidos por el pueblo en las urnas. Algunos que…, mejor dejarlo aquí que luego me llegan los reproches y un algún que otro «se te ha ido la mano». A pesar de lo que digan, parecen reuniones de arrepentimiento por lo hecho, por lo no hecho y por la ineficacia actual. Bien está arrepentirse y tener «propósito de enmienda».

En estos momentos poco importa como hemos llegado a esta situación, porque culpar al Gobierno regional de Valcárcel de todo este galimatías económico, con la demagogia del incumplimiento y del despilfarro durante años, es demasiado pueril para creérselo. Algo habrá, no digo yo, de culpa en lo que llaman «despilfarro», pero también es despilfarro que decenas de miles de trabajadores, que viven de lo que otros y ellos mismos pagan, hayan visto durante años sus salarios subir y la jornada laboral bajar, con el beneplácito de los contertulios de los viernes. También será despilfarro, con el visto bueno de los susodichos, las enormes cantidades que se han destinado a los cursos de formación, asociaciones y otros etcéteras y mas etcéteras largos de contar. Así que, si somos prudentes en las afirmaciones, puesto que todos ellos, de una forma u otra, han estado en el ´ajo´ y dando su ´placet´, lo único que podemos afirmar es que la gran mayoría de los murcianos no son culpables de la situación que atravesamos.

¡Y ahora a buscar soluciones todos los viernes!

Todos coinciden en contener el gasto público, pero ¿de dónde?, si cada vez que el Gobierno regional intenta aplicar alguna medida temporal, totalmente coherente con la situación, se le monta tal follón que tiene que dar marcha atrás. Entonces, ¿de dónde?, pues… ¿cómo no se me había ocurrido antes? ¡De recortes nada!, lo que hay que hacer es…,¿qué pensaban?, ¿que lo iba a decir? Pues mire usted por donde no me corresponde a mí decir lo que hay que hacer, sino a ellos, a los que gobiernan y a los del arrepentimiento de los viernes, que son los que cobran. A usted, que me lee, y a mí lo que nos toca es pagar y por tal obligación tenemos el derecho de opinar, y lo ejercemos.

Cuidado con la única solución que no traería a priori polémica en la calle ni alborotos en el gallinero, «matar a la gallina de los ´güevos´ de oro», o lo que es lo mismo, una subida brutal de impuestos a las empresas y ciudadanos en general. Luego armarían la de Dios por haber provocado un desastre mayor,... ¡pero eso sería harina de otro costal!

La emisión de Deuda Pública será, porque antes o después será, un enorme balón de oxígeno para toda la Región, pero no basta, hay que volver sobre lo andado y dejar que el Gobierno regional haga su trabajo con seriedad y sin presiones, aunque sea doloroso para muchos.

No sé cuanta responsabilidad de todo lo que nos acontece corresponde a este Ejecutivo regional, indudablemente alguna tiene, unos dicen que más y otros que menos, pero lo que es innegable es que todos los contertulios de los viernes de arrepentimiento también son culpables, en más o menos grado, y ahora algunos se quieren desmarcar, con un «es cosa tuya», o «Santa Rita, Rita, lo que se da no se quita y si no, no haberlo dado».

Las presiones a Valcárcel, para que diera marcha atrás de su plan de recortes, nos van a salir bien caras, un poco más y más todavía. Al tiempo.