Dos mil años de historia al alcance de la mano, a poco más de quince minutos de la capital murciana, se encuentra una de las ciudades más desconocidas de la Región que esconde grandes tesoros, paisajes únicos y una gastronomía que no te defraudará. Alhama de Murcia es mucho más que la ciudad que alberga una de las empresas más importantes de España. Recorrer Alhama es volver a reencontrarse con nuestro pasado y mirar al futuro.

Alhama de Murcia, dos mil años de historia en veite hectáreas

Pocas ciudades en el mundo pueden presumir de tener vestigios de dos mil años de su historia en apenas veinte hectáreas de terreno, que son las que se recorren desde su Castillo hasta sus espectaculares Termas Romanas.

Conocer la ciudad de Alhama en profundidad, es pasear por la historia de esta Región, y la mejor manera es andarla de norte a sur y de lado a lado. Es recomendable ponerse en contacto con la oficina de turismo, que os informarán detalladamente de las interesantes iniciativas que tienen puestas en marcha para sumergirte en un destino turístico que está llamado a convertirse en un referente regional, sobre todo, si siguen trabajando en un producto conjunto y diferenciado, junto a Librilla y Totana, con una columna vertebral que les une: Sierra Espuña, el gran pulmón verde de la Región y que ofrece rutas y escapadas que parecen sacadas de un cuento.

Sus pozos de nieve son de obligada visita. 'Territorio Espuña' es mucho más que naturaleza, es también parte de nuestra memoria. Si esta sierra tenía futuro, ahora tiene la oportunidad de erigirse en el faro que necesita el turismo de interior.

Mercado de Abastos, salida de la ruta por Alhama

Es recomendable iniciar el recorrido enfrente de la propia oficina de turismo, en su Mercado de Abastos, donde podrás comprobar que algo está cambiando en la sociedad de consumo, donde se mezclan lo clásico con lo innovador, donde se marida perfectamente el pasado con el futuro. Estoy convencido que estos meses de pandemias, miedos y tristezas les harán más fuertes, más dinámicos y, sobre todo, más versátiles, y eso les llevará a ofrecer un producto turístico más seguro y más atractivo.

Por cierto, no se vaya sin probar o comprar un trozo de Torta de Sardina en el puesto de Rosi, que va por la quinta generación al frente de este negocio, o saborear la Torta de Chicharrones en el establecimiento Carreño, donde Pura y sus hijos siguen trabajando artesanalmente, y en este mismo mercado, también podrá comprobar como los productos naturales o la agricultura ecológica siguen ganando adeptos.

Un buen puñado de agricultoras, ganaderas, apicultoras, asociaciones locales, junto a una pequeña parte de la administración, a través de la Red Agroeconatura 2020, están consiguiendo poner en valor este territorio, apostando por hacer de la necesidad una virtud.

Alhama: «Un lugar donde quedarse a ver pasar la vida»

Un lugar donde quedarse a ver pasar la vidaLeticia, la concejala de Turismo y ex Juez de Paz, castellonense de nacimiento, es quien mejor define lo que es Alhama: «Un lugar donde quedarse a ver pasar la vida». Con cierto brillo en los ojos me cuenta el proyecto para hacer del Jardín de La Cubana el gran pulmón verde de la ciudad, y es que cerca de trece mil metros cuadrados están esperando con los brazos abiertos a ser remodelados y convertidos en un espacio singular.

De aquí nos dirigimos a una de sus joyas, su Museo Arqueológico Los Baños, donde Elena e Isabel, dos ejemplos de que turismo y cualificación técnica es la línea a seguir, serán las encargadas de mostrarte no solo sus Termas Romanas o sus Baños Islámicos, sino de trasladarte dos mil años atrás.

Aquí, sin duda, lo mejor es avisar para realizar una visita guiada y saborear desde su Sala Abovedada para mujeres, hasta sus Bañeras de Mármol traídas desde Macael. Como indicaba la placa de mármol que había en la entrada cuando este lugar se convirtió en Hotel Balneario y que hoy sigue dando la bienvenida al Museo: 'Para la salud de los enfermos y el recreo de los sanos'.

El Museo se encuentra en la misma falda de su Castillo, una lástima que la cascada de agua que recreaba como era en la antigüedad en su jardín, por motivos de filtraciones, no esté de manera permanente, de aquí en apenas diez minutos, nos adentraremos en el Gran Centinela del Valle del Guadalentín: su Castillo.

Déjese seducir por los técnicos de turismo, que explicarán paso a paso, escalón a escalón, como fue la vida y la historia de esta ciudad entre los siglos XI y XVI. Yo he tenido la suerte de que Pepe Baños, una institución en Alhama, aceptara llegar hasta la Torre del Homenaje. 23 metros de altura, donde en su interior, podremos ver su decoración en la planta baja, donde una figura humana, con una fuente a la derecha y un cáliz a la izquierda, nos reciben con ganas de seguir contando historias.

Una visita por las pedanías

Antes de dirigirnos en coche a las pedanías de Gebas y El Berro, donde Andrés García Lara y Manolo Gambín, historia viva y llena de recuerdos y anécdotas de este lugar, donde la aridez y la belleza han decidido quedarse a vivir, Pepe Baños me lleva a visitar El Pósito municipal: «Hasta tres llegó a tener Alhama», me dice.

Hoy este 'almacén' sirve de sala de exposiciones, aunque sin duda, su futuro está en convertirlo en la Casa Museo de sus Fiestas de Los Mayos, fiestas de interés turístico nacional.

Los Mayos, insignia de Alhama de Murcia

Antes de tomar dirección a la 'Murcia Vaciada', les pregunto por Los Mayos, sus miradas se acentúan y brillan, me hablan sin parar. De pronto, empiezo a ver pasar por mi imaginación 'peleles', 'corremayos' y 'arlequines', todos ellos envueltos en un libro de cuentos de esos que cuando los abres se despliegan y suena la música.

Llegamos a El Berro, tras una media hora en coche. Allí, su alcalde pedáneo José, y Andrés, responsable de Bajo el Cejo, me cuentan su proyecto, un camino conjunto de mucha gente, cuyo establecimiento rezuma algo más que paz.

De vuelta es obligado parar en Gebas. Manolo Gambín y el nuevo pedáneo, un inglés al que todo el mundo llama Juan Pablo, están esperando en el Club Social. Su atención y su predisposición es absoluta, tanta que creo que deberían nombrarlos Guías Oficiales, pues para conocer Gebas, qué mejor que visitarlo con la historia viva del lugar. Me llevan hasta el mirador, y vuelvo a decir lo mismo que cuando visité Librilla. ¿Algún día las autoridades turísticas serán conscientes de lo que tienen entre manos?

Allí me encuentro con la escritora y poeta Magdalena Sánchez Blesa, que ha decidido junto a su familia fijar su residencia aquí. Charlar con ella de la vida y el amor es un regalo que te ofrece la vida de vez en cuando.

Alhama de Murcia, el corazón de la Región

Donde está Alhama de Murcia