Policial

Adiós a José Luis Balsalobre, policía por vocación y maestro de agentes en Murcia

Miembro del Grupo de Atestados, con 30 años en el cuerpo, sus compañeros lo recuerdan como una persona sincera y apasionada por su trabajo | Las exequias, este domingo en el Tanatorio Arco Iris

El agente, con el uniforme de gala, junto a un crespón negro, en una imagen que sus compañeros crean en señal de luto.

El agente, con el uniforme de gala, junto a un crespón negro, en una imagen que sus compañeros crean en señal de luto. / L.O.

Ana Lucas

Ana Lucas

"Consternados ante el fallecimiento de nuestro compañero Balsalobre, integrante del Grupo de Atestados. Tu recuerdo, profesionalidad y amor incondicional por el servicio al ciudadano perdurará en nuestros corazones". Así se expresaban desde la Policía Local de Murcia a raíz de la muerte, en acto de servicio, de José Luis Balsalobre, de 55 años de edad.

El agente se desplomaba en la mañana de este sábado en la puerta del cuartel de La Alberca. Pese a los intentos por reanimarlo, nada ser pudo hacer por salvar su vida. Las exequias tendrán lugar este domingo, a las 161.5 horas, en el Tanatorio Arco Iris.

José Luis Balsalobre.

José Luis Balsalobre. / L.O.

"Era un enamorado de su familia y de su trabajo, era obsesión, vocación", recuerda sobre él Antonio González, inspector de la Policía Local, que explica que faltaban unos días para celebrar las tres décadas de Balsalobre en el cuerpo. "El Día de los Enamorados de 1992 juramos el cargo", detalla.

José Luis Balsalobre, que deja esposa y dos hijos, fue motorista, pasó por Tráfico, por el equipo especial de prevención de robos en el campo y actualmente trabajaba en Atestados. "Era un auténtico especialista en accidentes; además, le encantaba", apunta el inspector, que no puede creerse el fallecimiento de su compañero, que recibió la Medalla al Mérito Policial.

"Tenía mucha experiencia y siempre estaba ahí", subrayan sus compañeros

"No se lo cree nadie, era una persona muy querida en el cuerpo", manifiesta, al tiempo que detalla que el agente "siempre estaba dispuesto a ayudar a los compañeros". "Tenía mucha experiencia y siempre estaba ahí", subraya.

Por su parte, Antonio Alarcón, agente de Atestados, narra que a Balsalobre "siempre le ha encantado su trabajo" y que "se ha preocupado siempre mucho de formarse, y eso lo ha trasladado a la gente nueva, que ha entrado y necesita de su enseñanza".

Alarcón califica a su compañero, pareja de trabajo en los últimos trece años, de "muy apasionado en todo lo que le ha gustado", como, por ejemplo, las motos, aunque, sobre todo, su familia y su trabajo.

Con la honestidad por bandera, "si te tenía que decir una cosa que no te daba gusto escuchar, te la decía"

Era, además, una persona que iba con la honestidad por bandera y "si te tenía que decir una cosa que no te daba gusto escuchar, te la decía: era una persona que no se callaba nada". Esa sinceridad y verdad hacía de él "una persona muy querida", remarca Alarcón.

"Se me ha ido un pilar"

"Me enseñó a perder el miedo escénico, a ser un profesional, teniendo 22 años", rememora otro policía, Antonio Pedroche. "Se me ha ido un pilar, con él es como su tuviese un paracaídas en el trabajo", comenta, en referencia a que siempre se podía contar con él. "Me enseñó a denunciar a alguien sin que se me cayeran los papeles de la mano del terror", destaca.

El comisario general jefe de la Policía Local de Murcia, José Mª Mainar, indicó sobre Balsalobre que "era un gran profesional, querido por todos los compañeros, y al que tenía un aprecio personal especial".

Aunque Balsalobre se haya ido, su legado, como maestro de policías, y la huella que dejó en quienes lo conocieron permanecerá siempre.