Vicepresidente de Castilla y León

Gallardo utiliza las protestas contra la amnistía para ganar protagonismo dentro de Vox

El vicepresidente de Castilla y León, uno de los dirigentes más jóvenes de Vox, ha encarnado buena parte del discurso de movilización frente a Ferraz

En Vox y dentro del PP, su socio de coalición, coinciden en que lleva días "en todas partes" y que puede tener "un perfil propio" dentro de su partido

El vicepresidente de Vox en Castilla y León, Juan García-Gallardo.

El vicepresidente de Vox en Castilla y León, Juan García-Gallardo. / Ricardo Rubio

Paloma Esteban

“Es el momento de poner los principios por delante de la comodidad personal. Apaguen las teles. Salgan a las calles”. El vicepresidente de la Junta de Castilla y León, Juan García-Gallardo, escribió este mensaje en sus redes sociales el pasado jueves, después de firmarse el pacto entre PSOE y Junts. Unos días antes ya había acudido a la primera línea de la manifestación en la calle Ferraz de Madrid. Su líder, Santiago Abascal, también estuvo. Las protestas frente a la sede nacional de los socialistas llevan sucediéndose desde hace una semana, aunque hubo dos días especialmente convulsos con cargas policiales, gases lacrimógenos, destrozos y detenidos.

Vox trató de reivindicar “las movilizaciones pacíficas” (lo hizo, sobre todo, tras las imágenes violentas en la jornada del pasado martes), pero sigue defendiendo las protestas frente a las sedes del partido de Pedro Sánchez. Este domingo sus dirigentes se unirán a la convocatoria del PP por toda España al mediodía, aunque añadieron un nuevo llamamiento para rematar las marchas, otra vez, frente a las sedes.

García-Gallardo ha estado al frente de buena parte del discurso movilizador, por encima de otros dirigentes de su partido. El vicepresidente castellanoleonés, que también es uno de los cargos más jóvenes del partido con responsabilidad institucional, ha defendido activamente las protestas que están siendo protagonizadas, precisamente, por la organización juvenil ‘Revuelta’, que se ha unido a Vox en otros actos en la calle. 

En la formación, que tiene una estructura absolutamente jerárquica, hay dirigentes que reconocen “el protagonismo” que ha adquirido en los últimos días a raíz de la oposición a la futura ley de amnistía y el resto de negociaciones entre PSOE e independentistas. En realidad, sacó pecho de muchos cánticos en otro sentido, como por ejemplo los dedicados a la policía que decían: “Esas lecheras, a las fronteras”. En esa línea también se escucharon “Illa, illa, illa, las vallas a Melilla”.

En las últimas semanas Abascal ha convocado más a menudo a sus vicepresidentes a reuniones en la sede del partido. No es habitual porque el comité de acción política está formado por un número reducido de dirigentes y, además, las decisiones se tratan en un núcleo duro muy pequeño. Pero si en algo coinciden en Vox o en el PP es en que Gallardo “está en todas partes últimamente” y que ha encarnado un perfil propio dentro del propio partido.

Al papel que ha jugado en las protestas de esta semana se suman otras polémicas, como las vividas en las Cortes de Castilla y León, también estos días. Durante el pleno, el PSOE reprochó al vicepresidente haber realizado un gesto “de una felación” a dos de sus parlamentarias. El dirigente de Vox lo negó tajantemente, afirmando que su gesto se refería a que actuaban como “llorones”, y que había movido las manos en ese sentido. Pero la situación generó mucha tensión en la Cámara autonómica. Gallardo se queja de llevar “un año y medio soportando acusaciones falsas para intentar que deje de señalar las vergüenzas de la izquierda”.

Su actitud con el resto de partidos de la oposición incomoda muy a menudo a la formación mayoritaria del Gobierno, el PP de Alfonso Fernández Mañueco, que ve “excesiva” e “impropia” del cargo que ostenta. “Cuando eres portavoz de un partido o un procurador más, puede no estar bien, pero es otra cosa. Ser vicepresidente de un Gobierno implica más responsabilidad”, señalan los populares de esa comunidad.

Sin embargo, el dirigente de Vox no evita a menudo ‘el cuerpo a cuerpo’ con otros dirigentes rivales. Es habitual el cruce de acusaciones fuertes con el líder autonómico socialista, Luis Tudanca. Y esta misma semana también tuvo otros mensajes muy duros contra otros procuradores. “Aprende a escribir y a sentarte en la silla, que das vergüenza ajena, Ana. Y ve recuperando los apuntes de la carrera de Derecho, que igual te toca intentar acabarla de nuevo. A ver si esta vez tienes suerte”, le escribió a Ana Sánchez, secretaria de Organización del PSOE en su comunidad. “Estúdiate la ley y deja de hacer el ridículo. Hazte ese favor”, le dijo otro día a Francisco Igea, su antecesor en el Gobierno en la pasada legislatura y único diputado de Ciudadanos en las Cortes. 

En enero de este año Gallardo estuvo en la picota por la fuerte polémica destada a cuenta del protocolo antiabortista que su partido defendió en el Gobierno de la Junta. Fue el propio vicepresidente quien compareció en rueda de prensa para dar todos los detalles en presencia del portavoz del Ejecutivo, que es del PP. Pero las fuertes críticas a la medida hicieron reaccionar a los populares, que negaron rotundamente la implementación de ningún protocolo. 

Vox defendió, también en Madrid, las medidas de su programa y las iniciativas en Castilla y León, pero cayeron en saco roto. En aquel momento el Gobierno de coalición, el primero firmado entre PP y Vox en España, pasó su etapa de mayor inestabilidad. Mañueco lo dejó en el alero y en su entorno aseguraban que “se había terminado lo de forzar la máquina”.