La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, tildó este miércoles de "una vergüenza" el nuevo proyecto de ley húngaro que, entre otros aspectos, prohíbe hablar sobre homosexualidad en los programas escolares.

"Esta ley claramente discrimina contra personas en base a su orientación sexual. Va contra todos los valores fundamentales de la Unión Europea (UE)", dijo Von der Leyen en una rueda de prensa con el primer ministro belga, Alexander de Croo, para dar luz verde al plan belga de recuperación pospandemia.

La jefa del Ejecutivo comunitario afirmó que ha encargado a los comisarios responsables de estos asuntos que envíen una carta a las autoridades húngaras para expresar las "preocupaciones legales" que les genera esta normativa antes de que entre en vigor.

Von der Leyen ve la ley contraria a valores como la dignidad humana, la igualdad y los derechos fundamentales, y advirtió de que la Unión Europea "no transigirá en estos principios".

"Creo en una UE donde seas libre para amar a quien quieras, que abrace la diversidad que es el cimiento de nuestros valores. Usaré todos los poderes de la Comisión para asegurar que se garantizan los derechos de todos los ciudadanos europeos, seas quien seas y vivas donde vivas", añadió Von der Leyen.

El mensaje de la presidenta alemana llega una semana después de que el Parlamento húngaro aprobara el pasado 15 de junio, con los votos del partido gobernante de Viktor Orbán, una polémica normativa que, entre otros aspectos, prohíbe hablar sobre homosexualidad en los programas escolares.

Esas medidas se incluyeron dentro de un proyecto de ley contra la pedofilia, en el que se prohíbe exponer a menores de 18 años a pornografía y a cualquier contenido que fomente el cambio de sexo y la homosexualidad.

Según la oposición progresista, colectivos de defensa de los derechos LGTBIQ y la prensa que no está controlada por el Gobierno, la ley aprobada es especialmente dañina porque equipara la homosexualidad con la pedofilia.

Trece Estados miembros, entre ellos España, firmaron ayer una declaración en la que condenan la normativa húngara y piden a la Comisión Europea que use "todas las herramientas" para garantizar el pleno respeto de los derechos de todos los ciudadanos en la UE.

La réplica de Hungría

Por su parte, el Gobierno de Hungría ha respondido a las críticas de la presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen, a la ley con la que se quiere limitar el acceso de los niños a información o contenido LGTBI y ha sentenciado que lo que es una "vergüenza" son sus declaraciones.

La respuesta del Ejecutivo de Viktor Orban ha llegado en forma de un comunicado: "La declaración de la presidenta de la Comisión Europea es una vergüenza porque se basa en acusaciones falsas". Así, ha cuestionado que Von der Leyen haga pública "una opinión política sesgada" sin haber llevado a cabo antes una "investigación imparcial".

Budapest considera que la ley de "protección" de la infancia queda englobada dentro de la Carta de Derechos Fundamentales" del bloque, entendiendo que "protege los derechos de los niños, garantiza los derechos de los padres y no afecta a los derechos de orientación sexual de los mayores de 18 años". "No contiene elementos discriminatorios", ha apostillado el Ejecutivo de Orban.

El primer ministro ha defendido la ley aprobada la semana pasada por el Parlamento mediante comparaciones históricas, señalando en una entrevista a la agencia de noticias DPA que "en la Hungría comunista los homosexuales eran perseguidos".

"Ahora, el Estado no solo garantiza los derechos de los homosexuales sino que los protege de forma activa", ha afirmado, antes de destacar que "la libertad del individuo es el mayor bien".

En este sentido, ha señalado que cada persona debe "incuestionablemente" elegir libremente su camino en la vida, pero ha matizado que "la educación de los niños debe realizarse en casa".

La reforma húngara impone castigos más duros contra la pedofilia, aunque los aspectos que más polémica han generado tienen que ver con la supuesta protección de la infancia, en la medida en que prohíbe charlas sobre homosexualidad en centros educativos y veta la emisión de contenido audiovisual que incluya temática LGTBI en televisión.