Samba, control de plagas y purpurina: barra libre de Carnaval en Cabezo de Torres

Sábado de Carnaval y Cabezo de Torres, una de las localidades de la Región de Murcia con más solera a la hora de celebrar este festejo, calienta motores de cara a los días que están por venir, con el Miércoles de Ceniza a la vuelta de la esquina. Antes de que comience el reinado de Doña Cuaresma, los aciagos días de carestía, toca jarana, parranda y cachondeo. 

La pedanía murciana fue escenario, este sábado por la tarde, del desfile de Carnaval abierto. Es la tercera vez que se celebra. Tal y como detallan los organizadores en su web, se trata de «un Carnaval en el que todo el mundo puede desfilar por las calles y sentir que está en uno de los grandes desfiles», pertenezca o no a una peña carnavalera. 

Para formar parte de este cortejo no hace falta pasarse todo el año ensayando ni ejecutar la coreografía perfecta, de plumas y purpurinas de colores. Basta con tener el alma bendecida por Don Carnal. Así, algunos se enfundaron en un EPI con el letrero de ‘control de plagas’ y otros cogieron un hacha (de pega) para simular ser bomberos rescatadores.

Este domingo, más fiesta

Salieron a la calle familias enteras y colegas de juerga. El cortejo partió desde la calle del Carmen, pasó por la avenida de Murcia y de ahí desembocó en la calle Comunidad. Todo valía, hasta llevar un vaso no precisamente de refresco en la mano: el auténtico Carnaval no tiene reglas y, como enunció Gavin DeGraw, «siempre hay cierto grado de destrucción o incendio durante el transcurso de la fiesta». Un puesto de frutas con sus trabajadores, delantal en ristre, se paseó por las calles de la localidad. Algunas personas desafiaron al fresco, en tirantes mientras sonaba música que transportaba a vecinos y visitantes al Carnaval de la samba por excelencia: el que explota en Brasil. 

Este domingo, la fiesta arranca al mediodía, con el concurso de disfraces destinado a los más pequeños de la casa. A las cuatro y media de la tarde, primer gran desfile de grupos y, a partir de las ocho y media, estallido de Domingo de Carnaval.

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