Patrimonio

Un centenar de personas reclama que la Cárcel Vieja de Murcia sea un 'Lugar de Memoria'

Diferentes colectivos temen que se olvide el proyecto de mantener las celdas que acogieron a los presos durante la dictadura

Concentración por la memoria histórica de la Cárcel Vieja de Murcia.

Concentración por la memoria histórica de la Cárcel Vieja de Murcia. / Juan Carlos Caval

Las súplicas de libertad de las víctimas del franquismo resuenan muchas décadas después entre las paredes de la vieja cárcel de Murcia. La Federación de Asociaciones de Memoria Histórica de la Región (FAMHRM) se propone sacarlas del olvido consagrando el recinto al recuerdo de los represaliados que sufrieron en dichas instalaciones levantadas en 1929 por el Gobierno del general Primo de Rivera. Su delito: defender la democracia y los valores republicanos.

Es por ello que más de un centenar de personas entre miembros de la FAMHRM, entidades afines y ciudadanos se concentraron hoy a mediodía en el exterior del otrora penal a fin de reivindicar su declaración como un ‘Lugar de Memoria’, tal como establecen los artículos 49 y 53 de la Ley de Memoria Democrática, para mantener las celdas. El ejemplo a seguir, la cárcel de Segovia. La solicitud formal, que fue presentada hace quince días ante la Dirección General de Memoria Democrática, aún no ha obtenido respuesta.

La secretaria de la FAMHRM, María Mercedes Nicolás, explicó a este diario que entre los hombres y mujeres encerrados o ejecutados en la vieja cárcel suman hasta el momento 16.888 expedientes fruto de juicios sin garantías. “Es un crimen de lesa humanidad, no prescribe”, precisó Nicolás, quien señaló que la cifra de ajusticiados en toda su historia fue de 513 personas. Y que las condiciones eran tan penosas que, entre 1939 hasta 1947, hubo 141 muertos por enfermedad y hambre. No en vano, la prisión se diseñó para albergar 400 presos, aunque en su punto álgido acogió 3.000. Muchos de ellos miembros del Frente Popular, sindicalistas, alcaldes y concejales o, simplemente, simpatizantes de las ideas izquierdistas.

Así es el interior de la Cárcel Vieja

A.L.

Una de ellas fue la hortelana Dolores Hernández, la primera mujer fusilada entre sus muros el 15 de mayo de 1939. “Las autoridades del momento dijeron que era una ‘agitadora de masas’ porque participada en manifestaciones de agrupaciones feministas, pero no tenía afiliación política concreta”, relató su biznieto Antonio Andrés. Ya en la Transición, al minero de la cal Cristóbal Crespo fueron a buscarlo a La Unión por repartir octavillas el día que murió Carrero Blanco: lo acusaron en la cárcel de San Antón de Cartagena de ser dirigente de las entonces clandestinas Comisiones Obreras y lo trasladaron a la de Murcia, donde cumplió una pena de cuatro meses entre 1973 y 1974. Finalmente, las dependencias carcelarias cerraron en 1976, una vez muerto el dictador.

“Gran cantidad de expedientes son por ‘adhesión a la rebelión’, lo que llamamos ‘la historia al revés’, dado que fueron los fascistas quienes se sublevaron”, señaló Nicolás, quien además de apuntar que Murcia se mantuvo fiel a la II República hasta el 29 de marzo de 1939, pidió que se “tenga en cuenta la memoria de las personas que sufrieron represión en el antiguo penal”, siendo un “insulto” que se piense ubicar en el mismo un bar restaurante con terraza.

Se dirige a los asistentes.

María Mercedes, secretaria de la FAMHRM, se dirige a los asistentes. / Juan Carlos Caval

En ese sentido, rememoró que en 2017 la sociedad murciana paró la iniciativa de convertirlo en un gastrobar, aunque el proyecto ‘Muros Etéreos’ resultante de un concurso de arquitectura despojó al conjunto de las murallas y se quedó en la fase uno: la rehabilitación del pabellón de administración, que hoy es una sala de exposiciones. La número dos, la que preveía intervenir en el bloque carcelario, con pasillo de celdas y una específica de vis-a-vis que aún se conservan, jamás arrancó. Pero en los próximos días, Nicolás aseguró que el Ayuntamiento sacará a concurso una iniciativa similar a la del citado gastrobar, por lo que se teme que los futuros trabajos acaben con las celdas.

A no existir Ley de Memoria Histórica regional, desde FAMHRM decidieron acudir directamente a la Dirección General de Memoria Democrática.

No obstante, desde el Ayuntamiento indicaron a La Opinión de Murcia que es cierto que en la cabecera del pabellón carcelario se podría contemplar, en el espacio ya recuperado, una cafetería. Sin embargo, el Gobierno municipal recalcó que jamás ha estado en cuestión la conservación de las celdas, tanto las normales como las de aislamiento, “para que así los visitantes conozcan cómo vivían los presos que estuvieron en la Prisión Provincial de Murcia”. Y agregaron que se trata de un proyecto “conservador y proteccionista con nuestro patrimonio”, aclarando que asimismo mantendrá y restaurará la sección del vis-a-vis en su emplazamiento original.

En el acto de este sábado, en el cual no faltaron banderas republicanas, Magdalena Sánchez Blesa recitó algunos de sus sentidos poemas y Abigail Bukola e Ignaciano Portillo pusieron la nota musical. Además, la catedrática Isabel María Abellán, autora de Isidro y La línea del horizonte, sobre el campo de concentración de Albatera, leyó un fragmento de su último libro, La infancia perdida.

La secretaria de Memoria Democrática del PSOE de la Región, Lola Jara, presente en la concentración, aseguró que la vieja cárcel puede convertirse “en un referente y sitio emblemático de encuentro cultural”. “Es importante que no ocultemos nuestro pasado”, continuó, “hemos de conocerlo, comprenderlo y respetarlo de forma democrática y plural”. Por su parte, Nicolás concluyó que “la memoria democrática no solo son fosas, es también terminar con los vestigios franquistas del callejero y los monumentos, los cuales recuerdan que, quienes se sublevaron, intentaron acabar con otras formas de ser y pensar”.