Patrimonio

La imagen de la Anunciación regresa renovada a la Catedral de Murcia

Vuelve a la Capilla de San Dionisio tras ser rehabilitada en el Centro de Restauración

Ortuño, Bernal y Lorca Planes junto al óleo restaurado. | CARM

Ortuño, Bernal y Lorca Planes junto al óleo restaurado. | CARM / L.O.

La Opinión

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La imagen de la Anunciación (anónimo, hacia 1620) regresó ayer a la Capilla de San Dionisio de la Catedral de Murcia, una vez concluidos los trabajos de rehabilitación llevados a cabo en el Centro de Restauración de la Comunidad.

El consejero de Presidencia, Turismo, Cultura y Deportes, Marcos Ortuño, hizo la entrega de esta pintura, de gran formato, que atiende a uno de los temas religiosos más representativos de la iconografía cristiana, en un acto al que también asistió el obispo de la Diócesis, José Manuel Lorca Planes.

La obra, de 194 x 177 cm, realizada en óleo sobre tabla, procede de la Capilla de San Dionisio Areopagita y encierra de forma alusiva y contemplativa, no sólo la narración evangélica, sino la Redención, como pilar básico de la tradición católica. Presenta elementos anacrónicos o de cierta torpeza en la configuración espacial, la perspectiva y la disposición de volúmenes, que responden a modelos estereotipados; sin embargo, otros elementos sugieren una detallada observación del natural.

Por lo demás, plasma una escena al uso de la época, desarrollada en un belvedere o terraza desde cuya balaustrada se contempla un bosquecillo y diversas construcciones. El ángel Gabriel, con las emblemáticas azucenas símbolo de pureza, se postra sobre una nube ante la Virgen que abandonando un libro sagrado, se muestra en actitud de recogimiento; todo ello bajo un artificioso rompimiento de celaje donde destacan Dios Padre y el Espíritu Santo.

El proceso de intervención sobre esta pintura se ha prolongado cuatro meses. El trabajo, en realidad, ha terminado y corregido una intervención anterior que, por motivos que se desconocen, había dejado la tabla a medio estucar y con un proceso de limpieza a medio hacer e incluso había actuado sobre el soporte de la obra, colocando una especie de embarrotado. De ahí que el proceso ahora realizado no haya sido completo, sino parcial, pues empezó desde un punto intermedio, y no desde cero, como suele ser habitual.

Una parte de los daños fueron tratados de forma secuencial, comenzando por la retirada de las excesivas capas de estucos aplicados en la anterior intervención, a la que siguió un sellado y cosido de grietas con la aplicación de llaves o toledanas para evitar la separación de las tablas, así como la reconstrucción de la capa de preparación y la correspondiente reintegración cromática diferenciada, acabando en el barnizado final de protección. Sí se mantuvieron algunos elementos de la anterior restauración, como un embarrotado en la zona posterior de la tabla.