Murcia es uno de los pocos municipios de la comunidad autónoma que no dispone de un Centro de Atención Temprana (CAT) gestionado por la Administración pública local. Y sigue sin él a pesar del interés y del esfuerzo de los concejales de Podemos en el Ayuntamiento, que hicieron valer su estratégica posición en la balanza de mayorías de la Corporación para sacar adelante esa propuesta, primero a través de un acuerdo plenario en julio de 2021 y más tarde con su inclusión en los Presupuestos Municipales, en los del año 2021 había consignados 250.000 euros para empezar a buscar un local y adecuarlo, y en los de este año 500.000 euros.

A pesar de que el equipo de Gobierno ha tenido más de 16 meses para dar algún paso en esa dirección, lo cierto es que esta iniciativa se mantiene paralizada. Según fuentes municipales, casi año y medio después de asumir el compromiso de impulsar un CAT en Murcia, todavía se están «valorando espacios para acoger el centro» y «se va a mantener una reunión con la Comunidad para perfilar el proyecto».

Este tipo de centros atienden a todos los niños entre 0-6 años, y a sus familias, que presentan cualquier trastorno en su desarrollo, tanto físico, psíquico, sensorial o si tienen un alto riesgo de padecerlo.

"Hay intereses en contra por parte de las asociaciones de padres y otras entidades", cree la Plataforma

«Tanto antes de la moción como después, he mantenido reuniones con la anterior directora del centro municipal de Lorca y con catedráticos de Atención Temprana, que me han echado un cable para ver cómo se podría hacer, pero claro, llega un punto en que soy consciente de que no soy concejal de Gobierno y todo eso se lo tengo que llevar y proponérselo al equipo de Gobierno y ahí es donde vamos atascados», explica el concejal de la formación morada, Ginés Ruiz Maciá, que lamenta que le están «dando largas» desde hace mucho tiempo.

Asegura el edil que con las cuentas de 2021 su Grupo Municipal fue relativamente comprensivo porque no hubo posibilidad de financiación para inversiones, pero con las del año 2022, sostiene, no hay justificación para que no avance el proyecto. Cree Ruiz Maciá que al menos se podría haber encontrado un local, aunque fuese de alquiler, o uno en el que no hubiera que hacer mucha obra «para empezar a funcionar, aunque sea en una escala más pequeña». Aquí lo importante, indica el edil, es que ya se tendría que haber reunido el Ayuntamiento con la Comunidad para firmar un convenio tipo «para que pague esas plazas, como los que firma con diversas asociaciones y entidades».

«Que en Murcia no hayamos sido capaces, en tantos años, de abrir un centro municipal es algo que nos deja en muy mal lugar, y la propia Plataforma de Atención Temprana, que apuesta por una atención pública, gratuita y universal, entiende que la falta de ese recurso es una losa», sostiene Ruiz Maciá, que añade que hay «muchas familias que no están teniendo acceso a la atención temprana, porque lo que subvenciona la Comunidad no cubre todo el tratamiento y quien va a una asociación tiene que hacer un copago; algunas familias tienen que hacer un esfuerzo muy grande y otras ni siquiera pueden permitírselo».

El edil recuerda que la red de atención temprana no solo atiende el tratamiento sino también la detección. «Hay muchos núcleos familiares que no están pasando por esos filtros y es posible que ni sepan que sus menores deberían estar recibiendo atención temprana», asegura.

María Isabel Casbas es una de las portavoces de la Plataforma de Atención Temprana de la Región y dirigió el CAT de Lorca. «En Murcia hay muchas asociaciones de padres y muchos gabinetes privados pero no hay un servicio municipal que sea público», señala Casbas, que asegura que en la actualidad existen 12 centros municipales en la Región «que son los que van a salvar un poco a las familias».

Intereses en contra

Casbas cree que uno de los motivos por los que hasta el momento no se ha creado un CAT en la capital, «es porque hay intereses en contra, entiendo, como hipótesis, que las asociaciones de padres y otras asociaciones de profesionales perderían algunos clientes y son los que se reparten el dinero». Sostiene que algunas de estas asociaciones siempre han afirmado que no existe necesidad de un centro municipal de atención temprana, que la atención estaba cubierta, «pero no es cierto, porque hay muchas familias en centros privados y otras sin atender».

«Con la nueva ley, con el proceso administrativo (ventanillas únicas, papeleo...) muchos usuarios no llegan, y no hay plazas suficientes, y mientras llega la plaza pública tienes que acudir a la privada, pero no todas las familias pueden», indica la portavoz de la plataforma, que explica que los centros municipales tienen en este momento un papel fundamental para atender a las familias en cuanto se produce la derivación del pediatra, desde el minuto cero y no tras un largo recorrido burocrático.

Reconoce que la inversión de los ayuntamientos para poner en marcha un centro de este tipo es considerable, «pero hablamos con el concejal de Podemos de Murcia que, para empezar, previo estudio de campo sobre las necesidades, se podría contratar un equipo mínimo (un psicólogo, un fisioterapeuta, un logopeda y un trabajador social), buscar un local de los muchos edificios de titularidad pública sin uso que hay y empezar poco a poco».

María Isabel Casbas asegura que el equipo de Gobierno no tiene que concebir esto como un gasto sino como una inversión. «Puede ser caro a corto plazo pero a largo plazo le sale muy barato», concluye.