El cadáver en avanzado estado de descomposición encontrado en junio en una nave de la localidad de Puente Tocinos continúa en las instalaciones del Instituto de Medicina Legal de Murcia, mientras el Grupo de Homicidios de la Policía Nacional mantiene el caso abierto, confirman fuentes cercanas a la investigación.

Nadie ha reclamado los restos mortales, que pertenecen a un varón que podría llevar meses oculto en la nave. Cuando apareció el cuerpo, a mitad de junio, fue llevado al Instituto de Medicina Legal, donde el examen del forense descubrió que el hombre había sufrido una muerte violenta. Además, se encontraba maniatado.

Desde un principio, los investigadores de la Policía sospecharon que un ajuste de cuentas podría estar detrás de la muerte violenta de este hombre.

No es el único cuerpo que está ahí. En la Región de Murcia, en la última década, se han quedado decenas de cuerpos sin identificar; por ejemplo, personas sin hogar que murieron en la calle y, cuando se halló su cadáver, no llevaban encima documentación ni pudieron ser identificados por huellas o por ADN. También pasa con los cuerpos que se encuentran flotando en alta mar: en muchas ocasiones, se trata de extranjeros que murieron cuando trataban de alcanzar el litoral español en patera, y cuyos restos no reclama nadie, pues sus familias ni siquiera saber qué ha sido de ellos.

Hasta que lo diga un juez

En el caso de este cadáver que era encontrado hace más de medio año en la nave abandonada, los restos permanecerán en la morgue hasta que así lo determine el juzgado o la Policía Nacional, que todavía está investigando qué hay detrás de la muerte.

Mientras tanto, el cuerpo se conserva en frío en una de las doce cámaras que hay en el sótano del organismo ubicado justo detrás del Reina Sofía.

El día que apareció el cuerpo, la Policía Científica peinó el lugar, tanto el interior como el exterior de la nave, en busca de pistas que llevasen al descubrimiento de qué pasó en aquel lugar. También trataban de aclarar si al hombre lo mataron en la nave o si fue en otro sitio y posteriormente trasladaron el cuerpo ahí, con ánimo de ocultarlo en un lugar que sabían que estaba abandonado. Los restos no se encontraban enterrados: el cuerpo se encontraba en el interior de la nave, un lugar recubierto de pintadas en el que ya no trabaja nadie, y el hedor, dijeron los testigos era insoportable. El caso continúa en marcha.