«Indicios racionales para imputarle hechos punibles presuntamente constitutivos de un delito de abusos sexuales». Es lo que considera la titular del Juzgado de Instrucción Número 2 de Murcia que hay en contra de un médico de esta ciudad, cuya identidad no ha sido facilitada, al que una de sus pacientes denunció porque, presuntamente, abusó de ella.

La defensa del doctor pidió que se archivase el asunto, ya que «no concurre dato objetivo alguno que apoye lo denunciado», pero la Audiencia Provincial estima, en un auto, que el proceso judicial ha de seguir en marcha.

La víctima, en concreto, denunció el caso tanto ante la Fiscalía como en el Colegio de Médicos de Murcia. Según su testimonio, todo ocurrió en abril de 2017, un día que le tocaba consulta con el neurólogo, al que estaba viendo porque sufría de vértigos.

La mujer relata que el doctor «insistió en auscultarle por problemas de taquicardia que ella padecía, para los que le recetó medicación, aunque ella le dijo que ya se le habían pasado», apunta el auto de la Audiencia.

Fue entonces cuando el facultativo, presuntamente, empezó a hacer a su paciente comentarios como «si tenía novio, si hacía muchas veces el amor con él», así como que «estaba muy buena».

Luego, supuestamente, «se colocó detrás de ella y colocó sus partes pegadas a su trasero. De repente, le subió la camiseta y el sujetador y empezó a manosearle el pezón del pecho izquierdo, a la vez que le decia: ‘ay, ay, madre mía, es que estás muy buena’», detalla el auto del tribunal. La mujer explica que entonces ella se bajó la camiseta y se fue corriendo.

La víctima, muy nerviosa, contó a su madre y a su compañera de trabajo lo que le había pasado con el doctor. Horas después, aquel mismo día, la mujer volvió al centro médico en cuestión, en compañía de su progenitora. El médico ya no estaba ahí. Contaron todo a la recepcionista.

El facultativo, por su parte, niega los hechos que se le imputan y pide el sobreseimiento de la causa. Afirma que la víctima incurre en «contradicciones». La Audiencia no le da la razón, ordena que siga el proceso judicial y le dice que, en el caso de que se abra juicio oral, podrá su defensa hacer las alegaciones que considere.