«¡Sin piernas, sin brazos, fascistas a pedazos!», «fuera fascistas de nuestros barrios» y «vergüenza» eran algunos de los cánticos que entonaban las personas congregadas ayer en la puerta del Hotel Nelva, en Murcia. Se dieron cita porque la capital acogía dos actos en la misma jornada, uno de Hazte Oír y otro de Vox, y querían mostrar su disconformidad tanto con la asociación como con el partido de Santiago Abascal.

La Policía Nacional de Murcia, con el fin de garantizar en todo momento la seguridad tanto de manifestantes como de las personas que deseasen asistir a los actos antes citados, organizó un operativo especial que contempló el despliegue de numerosos agentes en el establecimiento hotelero de Primero de Mayo.

Pese a la presencia policial, se vivieron escenas de tensión. Los agentes se vieron obligados a cargar contra algunas personas. Mientras, simpatizantes de Vox que iban entrando al acto increpaban a los manifestantes. Uno de ellos los mandó «a trabajar». Otros les dedicaron 'peinetas'.

Una de las protestas había sido convocada, según figura en el cartel que se difundió por redes, por el Partido Comunista de los Pueblos de España, bajo el lema No seas cerdo, en alusión a la campaña del Ayuntamiento de Murcia No seas marrano. La otra fue promovida por organizaciones de corte antifascista.

En las protestas se vieron primero banderas comunistas y del movimiento LGTBI, aunque el escenario acabó con cargas policiales, gente esposada, gritos de «nazi muerto, abono pa' mi huerto» y mucha tensión. Finalmente, la Policía Nacional arrestó a dos jóvenes (un español de 19 años y un colombiano de 28) por atentado y resistencia a la autoridad, confirmó el Cuerpo.

«Gracias a los policías que hacen su trabajo, pero reproche al delegado del Gobierno que debe dimitir por no disolver una concentración ilegal de comunistas impulsada por Podemos y que ha hostigado a los asistentes durante horas entre incitaciones al odio y amenazas de muerte», dijo Santiago Abascal, el líder de Vox, que accedió al interior del hotel sin problemas. Fuera, gente enfrentada se seguía enfrentando al grito de «fascistas» y «comunistas».