Sin soltar sus varas procesionales, Pedro y Paco conversan amistosamente sobre el origen de su cofradía, la Archicofradía del Cristo de la Sangre, mientras aguardan a las puertas de la Iglesia del Carmen. Esperan, expectantes, la llegada de su Virgen, la Fuensanta, Patrona de Murcia, en su primera bajada del año a la ciudad. «Llevo muchos años viviendo este momento y todavía se me pone el vello de punta», reconocía Paco, un «carmelitano de toda la vida».

Una traca atronaba en pleno corazón del barrio del Carmen cuando, pasadas las siete de la tarde, la 'Morenica' giraba por la esquina de Torre de Romo e irrumpía ante la mirada de los vecinos, que rompían en aplausos, flases y vítores al contemplar la entrada de su patrona. La Fuensanta era recibida por una lluvia de pétalos blancos, rosas y rojos, lanzados desde el balcón de la iglesia. Después, el obispo, el Cabildo Catedralicio y las autoridades políticas locales se acercaban a la imagen, que entraba en un abarrotado templo para encontrarse con la Virgen del Carmen.

Envuelta en un manto morado con bordes dorados, la 'Morenica' marchaba a hombros de sus estantes, dirigida por el Cabo de Andas y escoltada por la Guardia Civil. Había salido a las tres de la tarde desde su santuario, en el monte de Algezares, en una jornada soleada y de temperatura agradable. A su lado, una marea de fieles, que se cuentan por miles y que no se pierden citas como la de ayer, acompañaban a la Fuensanta en su tradicional recorrido. La marcha trazó la carretera de Algezares, atravesó el barrio del Progreso y cruzó las vías de Santiago El Mayor, donde se desplegó por unos minutos una pancarta negra: «El AVE entra en superficie; este es el muro».

«Ay, siento mucha emoción», aseguraba Isabel, una vecina del Infante. «Le pido por los problemas pero también le doy las gracias». El mismo sentimiento expresaban Juan Antonio y Clemen, un matrimonio de San Antón. «Salud, siempre salud, aparte de darle las gracias», exclamaban. Tras su parada en El Carmen, la Virgen y los romeros se encaminaron hacia la Catedral, donde la imagen permanecerá durante la Cuaresma, la Semana Santa y las Fiestas de Primavera. Residirá en la capital hasta el 17 de abril.