La consejera portavoz del gobierno regional, Noelia Arroyo, ha apelado hoy al "entendimiento, la convivencia y la paz" en torno a la llegada del AVE a Murcia, y ha subrayado la necesidad de que "llegue ya" la alta velocidad y se cumpla el pacto que firmaron las administraciones para la entrada soterrada a la ciudad.

A preguntas de los periodistas en la rueda de prensa posterior al Consejo de Gobierno, la consejera ha lamentado los actos vandálicos registrados en las últimas horas en maquinaria del AVE y el retraso que sufrieron cuatro trenes a causa de las protestas ciudadanas que tuvieron lugar en la zona de las vías, y que causaron molestias a los viajeros y algunas asistencias por "crisis de ansiedad".

Noelia Arroyo ha atribuido estos incidentes al "ambiente de agitación" social existente en torno a la llegada de la alta velocidad. Según la portavoz, las obras del AVE son objeto de manipulación y falta de rigor informativo en redes sociales, que difunden rumores sin contrastar y contribuyen al citado clima de malestar vecinal.

Además, ha asegurado que el AVE llegará a Murcia de forma soterrada y que es necesario, para que no se interrumpa el tráfico, una vía provisional mientras se hace el soterramiento para la entrada en superficie de la alta velocidad.

La consejera ha insistido en el compromiso de los gobiernos central y regional con este proyecto, ha defendido el cumplimiento del acuerdo alcanzado entre Fomento, Comunidad Autónoma, ayuntamiento de Murcia y Adif para la llegada soterrada de la alta velocidad, y ha avanzado que el ministro, Íñigo de la Serna, viajará mañana a la capital para refrendar ese apoyo.

También ha asegurado que el Gobierno velará para que las molestias a los vecinos afectados sean las mínimas durante el periodo de transitoriedad, y ha afirmado que el propio ministro podría reunirse con mañana con una representación de los afectados por las obras. "No creo que haya inconveniente", afirmó.

"No es cierto que se esté dando la espalda a los vecinos", ha aseverado Arroyo, quién ha rechazado las acusaciones de que no existe una preocupación en torno a las molestias que pueden suponer para la población una infraestructura de este tipo.