Los 'rollicos' de San Blas triunfan un año más en Lorca

San Blas siempre es un día ajetreado para la comunidad mercedaria, y este año más que nunca, pues desde primera hora de la mañana decenas de lorquinos hacían cola en el edificio 'Merced: Raíces y Futuro' para adquirir los más de 450 kilos –300.000 dulces– y 4.000 reliquias –el doble que en 2023– preparados este año por las monjas del convento mercedario 'Madre de Dios de la Consolación' y la Asociación de Antiguas Alumnas y Amigos de la Merced.

La jornada comenzaba temprano, con una eucaristía en el salón de actos del colegio Madre de Dios. Durante la celebración el párroco de la iglesia de Santiago bendecía las reliquias y los ‘rollicos’ de San Blas. Poco después, se ponían a la venta en el edificio cercano al colegio, última incorporación al patrimonio del convento, inaugurado en 2018. A pesar de la fría mañana, decenas de personas hacían cola para comprar los 'rollicos', cumpliendo así con una tradición de gran arraigo en la Ciudad del Sol.

"Cada año hacemos más, pero afortunadamente, se nos agotan rápidamente. En alguna ocasión hemos tenido que realizar una nueva hornada para ponerla a la venta al día siguiente ante la insistencia de los fieles. Es una tradición que ha ido pasando de padres a hijos que no solo cumplen los lorquinos, sino también muchas personas que acuden de poblaciones limítrofes", detallaba Inés Lorca, de la Asociación de Antiguas Alumnas y Amigos de la Merced. Además de los dulces, las 'reliquias' merecen una consideración aparte. Elaboradas por las monjas Mercedarias. Elaboradas a mano con lana y seda, la creencia popular les atribuye propiedades contra los males de garganta, a imagen y semejanza del milagro efectuado por San Blas.

De hecho, durante toda la jornada los fieles podían contemplar el conjunto escultórico custodiado en el convento, que representa ese preciso momento. En concreto, ‘El Milagro de San Blas’, representa el milagro realizado por el santo al resucitar a un niño de pocos meses asfixiado por una espina de pescado atravesada en su garganta. Esculpido en 1755 por Francisco Salzillo, la gran calidad de la talla la hizo protagonista de la primera edición de la exposición ‘Huellas’ que se celebraba en la catedral de Murcia. No obstante, una de las tradiciones que no se podía cumplir era la de besar la reliquia que se conserva del santo en el monasterio tras contemplar la imagen, un hábito que se rompía con motivo de la pandemia y que esperan poder recuperar en breve.

Fines solidarios

Al precio de 1,70 euros la bolsa de 'rollicos' y 2 euros la reliquia, la recaudación era cuantiosa. No obstante, y como viene siendo habitual, todo lo recaudado con la venta de los dulces y las reliquias será destinado a ayudar a familias desfavorecidas del colegio de las Madres Mercedarias, así como a diversas causas solidarias y ONGs del municipio de Lorca.