Entrevista | Mariano López Codirector de la excavación

"Hallar un hacha nos da alegría, pero los pequeños restos dan mucha información"

«Aunque lo más llamativo, lo que más nos gusta, es estar en la cueva, tirados por el suelo, sacando tierra y buscando piezas, efectivamente es lo que menos tiempo nos lleva: nos dedicamos a inventariar, catalogar y estudiar todo lo que sale»

MarianoLópez.   | E.SOL.ER

MarianoLópez. | E.SOL.ER / enrique soler

Enrique Soler

Enrique Soler

Las excavaciones realizadas en los últimos treinta años han aportado valiosa información sobre los primeros homínidos. La gama de técnicas de talla de la piedra, junto con el dominio del fuego y el aprovechamiento de recursos minerales y biológicos presentes en el Alto Quípar y Rambla de Tarragoya, ofrecen una visión importante sobre la destreza manual, la aptitud técnica y, sobre todo, la versatilidad cognitiva de los habitantes de este yacimiento hace casi un millón de años.

La cueva fue frecuentada por seres humanos que dejaron huella de su presencia en forma de restos del fuego y un hacha de mano, siendo ambos los más antiguos de Europa. Este yacimiento del Paleolítico tiene entre 900.000 y 800.000 años de antigüedad, lo que corresponde al final del Pleistoceno Antiguo (o Inferior).

¿En qué se están centrando los trabajos este año?

Este año hemos estado continuando los trabajos que comenzamos el año pasado. Se trata de la excavación de una capa en la zona superior de la cueva, muy cerca de la pared del fondo, donde se situaron los homínidos que vivieron en Cueva Negra, hace casi un millón de años, y allí se comían los animales que cazaban, tallaban sus sílex, en definitiva, hacían su vida

Además, vienen estudiantes y profesores de otros países atraídos por el yacimiento...

Este año hemos tenido solo cinco estudiantes, los precios de los vuelos, según nos han comentado, estaban por las nubes y hasta el yacimiento se han desplazado voluntarios de universidades estadounidenses y británicas (New York, Brown University (Rhode Island), Macalester College (Minnesota), Newcastle y Trinity College de Dublín). Los cinco han sido muy entusiastas y han salido muy contentos del trabajo realizado en el yacimiento.

El yacimiento se encuentra en una ubicación, digamos poco accesible. Y todo el material se pasa por tres filtros, un proceso bastante complejo.

La cueva está a unos 40 metros por encima del río Quípar. Para acceder, aunque no hay que ser alpinista profesional, hay que realizar una subida un poco complicada. Gracias al río utilizamos una motobomba para subir el agua hasta el yacimiento y toda la tierra que sacamos de la excavación la pasamos por unos tamices de 8, 4 y 2 mm, para que no se escape ninguna pieza del yacimiento.

Importante ese cribado, debido al tamaño de los hallazgos que se van encontrando.

Aunque los restos más grandes son los más llamativos, como encontrar una cornamenta de un gran ciervo o un hacha de mano que nos da mucha alegría, son los pequeños restos de los roedores, los restos de los pequeños mamíferos, los que nos aportan también mucha información. Y todos esos hallazgos hay que recuperarlos.

El yacimiento ha ofrecido reseñas muy importantes como el hacha de mano y el fuego más antiguo de Europa.

Esos dos elementos, tanto el hacha de mano como el fuego, son los más antiguos de Europa, según hemos podido datar. El hacha de mano que apareció en el año 2011 y las evidencias de fuego que aparecieron en los niveles profundos de Cueva Negra, ya muy cerca de la roca madre, es decir, hace casi un millón de años.

La capa en la que se ha trabajado este año, ¿sobre qué fecha se podría datar?

Pues si el depósito de Cueva Negra se encuentra entre 780 y 900 mil años, yo creo que estaríamos más cerca de los 780.000 años, son de los más recientes dentro de lo que cabe. Si a 780.000 años le podemos decir una cifra reciente.

Unos trabajos que tienen dos partes por la mañana en la cueva y por la tarde se analizan todas las piezas, y luego un trabajo de laboratorio todo el año.

Aunque lo más llamativo, lo que más nos gusta, es estar en la cueva, tirados por el suelo, sacando tierra y buscando piezas, efectivamente es lo que menos tiempo nos lleva. Durante la campaña, por la tarde, nos dedicamos a realizar trabajos de inventario, catalogación y estudio de todo lo que ha salido por la mañana. El resto del año seguimos investigando todos los restos que hemos sacado durante la campaña, si los metemos en una caja y los olvidamos, no nos servirán para nada.

¿Dónde se guardan todos estos hallazgos?

Durante la campaña nos alojamos en el colegio Ascruz en Caravaca, y aquí es donde se hace todo el estudio.

Por cierto, hablar de la Cueva Negra es hablar del profesor Walker, ¿qué tal se encuentra?

Se encuentra muy bien, nos ha acompañado durante la excavación. El año pasado estuvo un poco más delicado de salud, pero este año está en plena forma.

El pasado domingo se celebró una jornada de puertas abiertas.

Nos visitaron bastantes personas. Estuvo el profesor junto a todo el equipo y ese día estuvimos trabajando para que la gente viese de primera mano cómo es el trabajo en un yacimiento, y les explicamos la historia del yacimiento, lo que hemos encontrado en el pasado, los trabajos de este año y nuestros planes de futuro.

Una cuestión que llama la atención a la gente es descubrir cómo era el paraje hace casi un millón de años.

Es totalmente distinto. La cueva estaba al nivel de un lago que ocupaba gran parte de la planicie que hay frente a la cueva, y por supuesto la fauna y la vegetación eran totalmente distintos. Imagínate elefantes, mamuts, rinocerontes, ciervos gigantes, hienas y leones campando por los alrededores de la cueva, además de los homínidos.

¿Qué se ha encontrado este año?

Han aparecido restos de carnívoros. Estamos documentando que en tanto tiempo de ocupación de la Cueva Negra no siempre estuvieron los homínidos, hubo etapas en que carnívoros también la habitaban. Vemos cómo se van alternando capas donde habitaron homínidos, donde aparecen herramientas, y carnívoros.