Patrimonio

El claustro de Santo Domingo de Lorca vuelve a su lugar de origen

El monumento se convertirá en una “atracción turística de carácter patrimonial”

Teo Campoy, Diego José Mateos y Nines Mazuecos, visitando las obras del claustro.

Teo Campoy, Diego José Mateos y Nines Mazuecos, visitando las obras del claustro. / Pilar Wals

El claustro de Santo Domingo, diseño de Pedro Milanés en 1646, está siendo devuelto a su lugar de origen, “exento del edificio que lo circunda”, afirmaba este martes el alcalde, Diego José Mateos, que visitaba las obras junto a la edil de Cultura, María Ángeles Mazuecos, y el director de los trabajos, Teo Campoy Martínez.

Los técnicos trabajan en el encofrado de la estructura de hormigón portante del monumento que permitirá recolocar el claustro y recuperarlo “lo más fielmente posible, para lo que ha sido necesario recortar los balcones del edificio que lo rodea en dos de sus flancos”, explicaba Mateos.

El edificio residencial configuraba un entorno fuertemente agresivo para la percepción del claustro que sufrió importantes daños como consecuencia de los terremotos de mayo de 2011. Pero mucho antes la frágil estructura ya presentaba agrietamientos de las distintas piezas, con rechazo de los morteros de las juntas y de los refuerzos metálicos, a los que se sumaba desplazamientos de los arcos sobre sus respectivas columnas por el vaivén del seísmo y falta de verticalidad. La arquería quedó inestable, amenazando con su ruina la pérdida total del monumento. Los daños también se achacaban a la intervención ejecutada durante los años 80 para su afianzamiento.

La intención es que el alzado del claustro hacia la calle Santo Domingo, que se platea con si de un telón de fondo de un teatro se tratara con pantallas de hormigón y los perfiles iluminados, pueda estar concluido en junio próximo. La actuación, recordaba el alcalde, cuenta con un presupuesto de 370.000 euros.

Técnicos de la obra mostrando el alzado al alcalde y la edil de Cultura.

Técnicos de la obra mostrando el alzado al alcalde y la edil de Cultura. / Pilar Wals

El espacio recuperará su plaza “que será utilizable. Y que se convertirá junto con el monumento en un foco de atracción turístico de carácter patrimonial”, destacaba Mateos. Del primitivo claustro de Santo Domingo solo subsisten tres lados, en doble arcada. El cuarto de su doble logia fue eliminado en la década de 1860 cuando las reformas urbanísticas de las calles Alberca, Santo Domingo y actual Lope Gisbert impedían una perfecta alineación de las dos primeras hasta la llamada Puerta de la Palma.

Su integración dentro de un edificio de nueva planta quedó descontextualizado al perder buena parte del conjunto arquitectónico en el que estaba inscrito, lo que dificultaba su lectura y comprensión. Sin embargo, gracias a esta actuación de ‘reutilización’ se pudo preservar este monumento, que de no ser así hubiera corrido la misma suerte que el resto del convento. El alcalde agradecía a los vecinos su generosidad para lograr situar las columnatas en el lugar de origen. El suelo también recuperará la profundidad de antaño, convirtiéndose en un espacio público.