Lorca rememorará el milagro de Janukká a las puertas de su sinagoga

La ciudad se reencuentra estos días con el pasado compartiendo la Navidad de los cristianos con la Janukká de los judíos, encendiéndose en la judería encastillada de forma progresiva un candelabro de nueve brazos llamado ‘janukkía’

Jay Ruzafa, Luis Torres del Alcázar, Francisco Morales y Enrique Pérez Richard, ayer, durante la presentación de la Janukká.

Jay Ruzafa, Luis Torres del Alcázar, Francisco Morales y Enrique Pérez Richard, ayer, durante la presentación de la Janukká.

La tradición judía habla de un milagro. Un milagro sucedido hace 2.200 años. Entonces, se pudo encender el candelabro del templo durante ocho días consecutivos con una pequeña cantidad de aceite, que alcanzaba solo para uno. Este hecho dio origen a la principal costumbre de la festividad, la de encender, de forma progresiva, un candelabro de nueve brazos llamado ‘janukkía’. Uno por cada uno de los días, más un brazo ‘piloto’, también llamado shamat.

La festividad tiene lugar el 25 de kislev del calendario judío. Esta fecha se lleva a cabo entre el final de noviembre y comienzo de diciembre del calendario gregoriano. El milagro de Janukká está descrito en el Talmud. Después de que las fuerzas de Antíoco IV fueran expulsadas del templo, los macabeos descubrieron que casi todo el aceite ritual había sido profanado. Encontraron una vasija con el sello del sumo sacerdote todavía intacto, con suficiente aceite para mantener encendida la Menorá en el templo durante un solo día. «Los macabeos utilizaron este aceite y, milagrosamente, ardió durante un total de ocho días mientras se preparaba el nuevo», recordaba el vicealcalde y concejal de Turismo del Ayuntamiento de Lorca, Francisco Morales.

Música sefardí a las puertas de la Sinagoga encastillada.

Música sefardí a las puertas de la Sinagoga encastillada.

Reparando los actos cometidos en 1492

Este jueves, a las puertas de la sinagoga de Lorca, en la judería encastillada, se celebrará la Fiesta de las Luces. Se encenderá el shamash, alimentador del resto de luminarias, mientras se pronuncian las palabras: «Bendito eres tu Adonai, Dios nuestro, Rey del universo, que nos santificó con sus preceptos y nos ordenó el encendido de la vela de Janukká». A partir de ahí, la luz llegará a cada uno de los brazos de la ‘janukkía’. El encendido final dará paso a la felicitación general de todos: «¡Feliz Janukká!». Será entonces cuando se degusten los tradicionales ‘sufganiots’, bajo los estrictos parámetros de la cocina kosher.

De esta forma, se recupera el que se considera un ‘acto de justicia’. «Es una forma de reparar los actos cometidos en 1492 con la expulsión de los judíos». La Lorca de entonces no estaría iluminada con guirnaldas de Navidad en sus calles con bombillas led. «Hasta sus calles llegaría la luz desde cada una de las ventanas de las casas de la judería. La tradición lleva a situar la ‘janukkía’ en la ventana para que la luz lo envuelva todo. Cada año rememoramos la llegada de esa luz al que era, por aquel entonces, barrio judío, a las puertas de nuestra sinagoga encastillada», aseguraba Francisco Morales.

Hace 500 años el barrio judío lorquino estaría iluminado con la luz de las velas que llegaba desde cada una de las ventanas de sus casas

La ciudad comparte, por tanto, estos días las celebraciones de Navidad de los cristianos con la Janukká de los judíos. «Esa es la Lorca multicultural. La de cristianos, judíos y musulmanes, la que cada año se rememora en las Fiestas de San Clemente. Esa peculiaridad nos ha llevado a reclamar, por méritos propios, que se le dé la consideración de Fiesta de Interés Turístico Nacional. Una declaración de justicia por tratarse de las únicas celebraciones en las que convergen las tres culturas», recalcaba el vicealcalde y concejal de Turismo.

Que no falte la música

La música también se da cita en esta celebración. La ciudad lorquina vive desde hace días el preámbulo de la Fiesta de la Luz con el festival ‘Jewish Lorca’ que a punto de cumplir una década trasciende fronteras. Las celebraciones tienen lugar a las puertas de la sinagoga del Castillo. El templo, hace más de 500 años, fue el centro de la vida religiosa de la judería.

La sinagoga resurgió de las excavaciones arqueológicas mientras se construía el Parador de Turismo Castillo de Lorca. Constituyen un hito en el conocimiento de la cultura judía en época bajomedieval. En el lugar se hallaron piezas muy significativas que se conservan en el Museo Arqueológico Municipal de Lorca. Destacan veinte lámparas de vidrio que iluminaron la sinagoga de Lorca, fragmentos de las yeserías que adornaba la pared del arón ha-qodesh de este edificio, azulejos, monedas, cerámica, fragmentos de ‘janukkiot’ y candiles empleados para conmemorar la fiesta judía de la Janukká.

Entre las novedades de este año se encuentra la nueva janukkía que se muestra en el ciuFront, Museo Medieval de Lorca, en la antigua iglesia de Santa María la Mayor. La pieza fue entregada a la Federación San Clemente por la Concejalía de Turismo y presentada a mediados del pasado mes de junio, y será la principal protagonista de la ‘Fiesta de las luces’ el próximo jueves. El diseño lo llevaba a cabo David Torres del Alcázar y su realización el orfebre Samuel Díaz. El candelabro judío está inspirado en la cruz de cristal de roca de Fernando el Católico del siglo XV.

Este año, también se ha hecho entrega por parte de la Concejalía de Turismo a esta organización encargada de las Fiestas Patronales de nuevos elementos como una Torá de más de 200 años realizada en piel donada por la comunidad judía de Málaga al Ayuntamiento de Lorca y un manto bordado en sedas y oro para conservarla, todo para engrandecer y ampliar el patrimonio ligado a la cultura judía en Lorca.

Más sobre Lorca