Una silla de ruedas, unas muletas y cualquier material ortopédico es un auténtico lujo en países como Ghana. Allí, las personas con dificultades de movilidad lo tienen muy difícil, ya que no solo carecen de la economía suficiente para adquirirlas, sino que además determinado material es complicado que llegue a pequeñas regiones o aldeas. Así lo relataba este jueves Baba Seidu, presidente de la Asociación de Ghaneses de Lorca, quien daba a conocer una iniciativa que pretende llevar hasta Ghana 70 sillas de ruedas.

Las primeras 15 las acaba de adquirir la organización, no sin mucho esfuerzo. Y las podrán mandar a las ciudades de Mankessim, Techiman y Sunyani, gracias a la colaboración del Ayuntamiento. La Concejalía de Oenegés, anunciaba la edil responsable María Dolores Chumilla, presentará en breve una iniciativa en la que colaborarán varias concejalías para “ayudar a mejorar la calidad de vida de aquellas personas que tienen la necesidad de contar con material ortopédico par el mejor desarrollo de su día a día”.

Algunas empresas como Textil Ibérica, destacaba la edil, “han mostrado su disposición para colaborar con la iniciativa con la adquisición de alguna de estas sillas”. Chumilla ponía énfasis en la importante labor que realiza el colectivo de ghaneses en la ciudad “para ayudar a los colectivos más necesitados”.

Baba Seidu y María Dolores Chumilla (c) con integrantes de la Asociación de Ghaneses de Lorca que participan en la campaña de recogida de sillas de ruedas. Pilar Wals

Baba Seidu señalaba que precisan en torno a 70 sillas de ruedas, “por lo que pedimos a todos los lorquinos que puedan tener alguna y que ya no la necesiten que nos las donen para enviarlas a Ghana. Los interesados en ayudarnos, pueden ponerse en contacto con nuestra asociación”.

La organización tiene previsto acudir a hospitales y centros médicos para solicitarles que les cedan las sillas de ruedas que estén en desuso. “Este material se suele renovar frecuentemente, por lo que sería interesante que las sillas de ruedas que ya no utilizan nos las pudieran ceder y así darles un nuevo uso”, concluía Baba Seidu.