No había aún amanecido cuando Carmen Alonso y su hija llegaban a las puertas de la Casa del Paso Blanco este lunes. Lo hacían a las cuatro y media de la madrugada con una firme intención, “hacernos con seis sillas para el Viernes de Dolores y otras seis para el Domingo de Ramos”. Al ver que aún no había nadie esperando “nos volvimos locas de alegría”, relataban en declaraciones a LA OPINIÓN. Media hora después, aparecía María Jesús Rodríguez, y a las cinco y cuarto el flujo de lorquinos para hacerse con una localidad para presenciar los Desfiles Bíblico Pasionales era incesante, hasta el punto de que en pocas horas la cola rodeaba el inmueble y continuaba por la Plaza de la Virgen de la Amargura.

La misma situación se vivía a las puertas del Museo Azul de la Semana Santa, Mass, aunque los que acudían para hacerse con una silla no madrugaban tanto. “Llegué en torno a las siete y cuarto de la mañana”, relataba Encarna Martínez Leal. La mujer tenía claro lo que quería. “Vengo a llevarme una tribuna completa, 114 sillas, para nuestra pandilla. Lo hacemos todos los años. Nos juntamos y nos vamos a ver los desfiles al mismo sitio”.

Pero no solo tienen previsto la compra de sillas, sino que ya tienen el menú de ambas jornadas. “Llevamos empanadas, tortas, bocadillos, refrescos… Y como la pizzería está muy cerca, si tenemos más hambre pedimos pizzas y nos las llevamos al palco”, explicaba. Justo detrás de ella, llegaban Miriam Giner Periago y José Francisco Martínez Moreno. Lo hacían a las ocho y veinte minutos de la mañana. “Nosotros vamos a comprar seis entradas para cada día”. Y explicaba que “no son para mí, sino para mi familia. Yo estaré abajo, en la carrera, porque estoy en la banda del Paso Azul”.

El buen ambiente era palpable tanto en la Casa del Paso Blanco como en el Museo Azul de la Semana Santa. Las largas colas se espera que continúen no solo a lo largo de este lunes, sino también de los próximos días. “Hay muchas ganas después de dos años sin desfiles”, señalaba Carmen Alonso, quien reconocía que la larga espera lleva a hacer amistades. “Somos blancas todas”. En ese momento, una de ellas mueve el dedo de la mano para decir que no. “Yo soy azul, pero no soy peleona”, ríe. Y añaden: “Hay muy buen rollo. Nos vamos a seguir por Facebook y Tik Tok, no te digo más”.

La cola en la Casa del Paso Blanco rodea el edificio y llega a la Plaza de la Amargura. Pilar Wals

En los azules, más de lo mismo, mientras todos –en un lado y en otro- reconocen que la espera ha sido una de las más frías de cuantas recuerdan. “La lluvia de los últimos días ha hecho que la humedad se meta en el cuerpo”, aseguraba Juan Carlos Rodríguez. Y en cuanto a la venta de sillas para Viernes de Dolores y Domingo de Ramos todos son unánimes. “Fue todo un acierto que se pusieran a la venta, porque así es posible hacerse con una silla. Había gente que se iba a los palcos a las cuatro de la tarde y lo reservaba todo y no podías ver las salidas. Ahora, tienes reservado tu asiento y llegas con más tranquilidad”, recalcaba Salvador Torres.

Las sillas para Viernes de Dolores y Domingo de Ramos se pueden adquirir, las del sector blanco, en la Casa del Paso Blanco, en el Carril de Caldereros. Las del sector azul, en el Museo Azul de la Semana Santa. El precio es de cinco euros la localidad. Este lunes se han puesto a la venta 18.660 sillas. 9.330 son para presenciar los Desfiles Bíblico Pasionales de Viernes de Dolores y, otras tantas, para el Domingo de Ramos.