La Opinión de Murcia

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Patrimonio

La limpieza de los tejados de San Patricio de Lorca acaba con las goteras de las capillas del Alcázar y San Julián

El arquitecto de la Diócesis asegura que las lluvias de barro habían colmatado los canalones y no dejaban paso al agua

Dos turistas contemplan la Capilla del Alcázar de la antigua colegial. Pilar Wals

En la antigua colegial de San Patricio no hay goteras. El agua ya no se filtra hasta el interior de la Capilla del Alcázar, también llamada del Santísimo Sacramento, ni de la de San Julián, ocupada por el grupo escultórico de la Virgen de la Aurora. En los últimos días se llevaban a cabo labores de limpieza de los tejados que acababan con las filtraciones. “Creemos que fundamentalmente han sido por las lluvias de barro. Todos los canalones estaban colmatados, completamente llenos de arena, por lo que el agua no salía. Estaban totalmente obstruidos”, afirmaba en declaraciones a LA OPINIÓN el arquitecto de la Diócesis de Cartagena, Juan de Dios de la Hoz.

Las labores precisaban de la colocación de un andamio. “Se han subido y se han limpiado todos esos canalones. Como está lloviendo tanto no nos ha dado tiempo a revisarlo todo, porque también hay algún plomo que se ha fisurado y eso no ha dado tiempo a reponerlo, porque no podemos trabajar por la lluvia, pero en los próximos días se arreglará”, aseguraba De la Hoz.

El arquitecto hablaba del mantenimiento del monumento. “Lógicamente conlleva que cada diez años, como es el caso, haya que dar un repaso y arreglar los posibles desperfectos”. Preguntado por la tabla de Santa Catalina de Alejandría, del siglo XVII, que se vincula con Gilarte, y que se podría haber visto afectada por las goteras señalaba que “ya no le va a entrar agua. Se llamará a un especialista para que nos diga si ha sufrido algún daño o si hay que secarla, pero no creo, porque la cantidad de agua que entró no fue excesiva, ni durante demasiado tiempo”.

La Capilla del Alcázar presentaba goteras que afectaron al retablo que la preside. La pieza, que fue costeada por sus camareros Jacobo Mazzuchelli y señora, se colocó el 2 de marzo de 1944. Las pinturas de las calles laterales representan a San José y a Santa Catalina de Alejandría, que proceden del retablo de la arruinada ermita de San Lázaro.

Estas sustituyeron a las anteriores, perdiéndose así el nexo histórico que podría unir las victorias de las tropas lorquinas contra los moriscos de Oria y Cantoria, encarnadas en las figuras ecuestres de San Jorge y San Millán, con la intervención mariana de la Virgen del Alcázar como antigua Patrona de Lorca, como recuerda el licenciado en Historia del Arte, Luis Caro González.

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